sábado, 27 de junio de 2020

Caridad y patrimonio

No es ser catastrofista decir que los próximos años serán de una profunda crisis social y económica en el mundo. Los estragos de la pandemia se van a dejar notar indudablemente en todos los aspectos de nuestras vidas. Dentro de estos aspectos, y centrándonos en lo que en este humilde rincón cibernético solemos tratar, está la Semana Santa, cómo no. Siempre defiendo aquella magnífica definición de Isidoro Moreno: el fenómeno total. Mutilar cualquier aspecto de la celebración es herir gravemente a la misma. Dentro de este mundo poliédrico existen tres ejes fundamentales: culto, patrimonio y caridad. Personalmente, no concibo a las hermandades desechando cualquiera de esos tres aspectos. Obviamente, hay mucha personas que sólo se acercan al mundo cofrade por uno de ellos (o por otros que también existen), pero ahí está la clave, ser nexo de un grupo social diverso. 

Las hermandades no pueden vivir fuera de su contexto. De hecho, nunca han vivido así. Por eso se ha mantenido la tradición a lo largo del tiempo. La Historia de Sevilla es la Historia de sus corporaciones, en gran medida. Este contexto viene marcado por el tejido labrado a lo largo de los años. El mundo cofrade juega un papel vital en Sevilla desde hace siglos. Tirar piedras contra nuestro propio tejado sería ir contra la ciudad misma. No entiendo el debate absurdo que se ha generado, ahora que no se nos avecinan problemas. ¿Cómo vamos a renegar de uno de nuestros ejes? De nuestra esencia.

Me entristece cuando escucho a cofrades menospreciar la labor social que hacen las hermandades. Labor en la mayoría de los casos es callada. Me apena, igualmente, cuando se entiende el dar trabajo a un artista como algo banal. Dar trabajo nunca será algo banal, más bien al contrario, es la base desde la que se construyen las sociedades más avanzadas. No hay que ver detrás de un hilo de oro algo superficial, hay que ver el pan de muchas familias. Cambiando esa perspectiva, quizás cambie el discurso, también. Puedo llegar a entender a quien ajeno al mundo cofrade no comprenda esto, porque como digo, esa labor es callada y no publicitada en la mayoría de los casos, pero creo que dentro de las cofradías todos conocemos su importancia, o deberíamos conocerla. Por ello me resultan más extraños algunos comentarios o debates.

Construir un mundo individualista es tan peligroso como que supone el fin de la sociedad. Nadie por sí sólo puede vivir. Nadie. Somos animales sociales y a la misma nos debemos. ¿Por qué digo esto? Porque el otro eje que algunos quieren tumbar es el de la caridad. Se dice la frase de "Las hermandades no son ONG". Es sobrecogedor oír esa frase cuando se sabe que los comedores sociales se han multiplicado por cuatro en estos meses. Cuando oímos esas cifras no son números, simplemente. Son familias, personas con un presente y futuro destrozados. Los cofrades tenemos una herramienta magnífica para poder ayudar. No sé si somos ONG o no, lo que sí sé es que tener esa posibilidad de ayudar y no hacerlo, nos convertiría en cánceres de la sociedad. Igual que se dice "No son ONG", podemos decir "No son entidades sólo de culto", no lo han sido prácticamente nunca, al menos aquí en Andalucía. ¿Por qué eso no te lo dicen quienes machaconamente quieren homogeneizar el mundo cofrade?

Los tiempos que vienen son duros, y más lo serán si nosotros mismos renunciamos a las primeras de cambio a nuestra razón de ser. El mundo cofrade es circular, tanto en su aspecto económico como en el social. Si nosotros mismos atacamos los ejes de la ciudad, la caída será aún mayor. El círculo se romperá y entonces el peligro de perderlo todo será más real que nunca. Una entidad que desprecia al que no tiene nada o que no da pan (trabajo) pudiendo darlo, es una entidad sin valores. ¿De qué sirve el culto (la religión), si te quedas sin valores? Caridad y patrimonio, quien te diga que tienes que elegir entre uno de ellos, es que quiere fragmentar a las cofradías. Quien encima te diga que tienes que renunciar a los dos, es que quiere convertir a las hermandades en entidades amorales. 





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