domingo, 30 de junio de 2019

Homófobos



El jueves pasado se celebró en la Alameda el pregón del <<Orgullo Gay 2019>> de Sevilla. En el escenario había dos actrices disfrazadas de Santa Justa y Rufina. Ninguna de ellas actuó ni contra la Iglesia ni mucho menos contra los cristianos. La prensa más homófoba y vomitiva de la ciudad (vamos a ir dejando de usar los eufemismos de rancia o conservadora) ha iniciado una campaña - una más - contra el colectivo LGTBI. Lo primero que habría que aclarar es que Santa Justa y Rufina son un símbolo de la ciudad, no algo propiedad privada de nadie. La ciudad la componen personas de toda índole, creencias, ideologías y gustos. 

Personalmente, veo incluso semejanzas entre Santa Justa y Rufina y el movimiento LGTBI hoy en día. Todos sabemos que las alfareras trianeras fueron condenadas a muerte porque se negaron a dar propinas en una procesión del dios Adonis y posteriormente no renunciaron a su fe. No sólo se negaron a dar la propina, sino que formaron un altercado gravísimo que terminó cuando tiraron al suelo la imagen de Adonis y ésta se rompió. Los cristianos, en aquella época, eran minoría y estaban perseguidos. Sufrían. Hoy en día, las perseguidas son las personas del colectivo LGTBI. Afortunadamente, hemos mejorado algo en estos 50 años, pero sigue habiendo muchos hombres y mujeres que son insultados, humillados, golpeados e incluso asesinados por su condición sexual. Esta misma semana ha sido noticia el incidente en el McDonalds de Barcelona, hechos así hay a diario, pero no siempre hay alguien para grabarlo con el móvil. 

Como decíamos al principio, detrás de la campaña sólo hay homofobia. Este sector de sevillanos y sevillanas no se molestó cuando Morante de la Puebla (Uno di loro) usó a las santas para promocionar su negocio, es decir, las corridas taurinas de la Feria de Abril 2017. Tampoco se ofuscaron cuando un conocido tuitero, Julio Muñoz, usó a las patronas para hacer caja con su producto, una cerveza artesanal. Incluso uno de los medios que ahora ha abanderado el linchamiento contra las pregoneras, Diario de Sevilla, le dedicó un publireportaje gratuito, disfrazado de noticia, eso sí. 

Ya no engañan a nadie. Se ríen de Sevilla formando una carnaval y dando un pregón cuando cierran la churrería donde ellos desayunaban. Se mofan de la ciudadanía cuando publican como noticia de alcance que uno de ellos ha tenido un accidente de moto y se le ha partido un poco la camisa. La culpa de todo era de la Sacramental de la Magdalena, según su teoría. Son los de la esencia, los del que no cambie nada. Son éstos, los mismos que ahora sacan su peor lado, el homófobo, porque lo que molesta no es que se use a la imagen de las santas, lo que realmente molesta es que lo hagan los "maricones y las bolleras", que es como ellos llaman de manera pútrida al colectivo LGTBI. 

domingo, 23 de junio de 2019

Sevilla son sus barrios

A menudo, cuando se habla de Sevilla y los sevillanos, se intenta hacer de manera idílica y haciendo creer que la ciudadanía vive en el centro, en bellas casas palaciegas y a pocos metros de la catedral. Eso, indudablemente, es falso. Alguno hasta se engaña a si mismo en este sentido. La realidad de Sevilla está en los barrios, en grandes bloques de pisos, en triple y - hasta cuádruple
fila de aparcamientos - y en parroquias, en algunos casos, de nueva construcción.

Eso extrapolable a la Semana Santa, lo vemos clarísimo también. La Semana Santa más verdadera es la que viene desde el Tiro de Línea detrás del Cautivo, la ejemplaridad en todo lo que hacen en el Cerro, es un Viernes de Dolores donde la palabra "Barrio" se escribe con mayúsculas en Pino Montano. Es el palio de la Virgen de los Dolores en la plaza del Platanero. Es San Pablo, Alcosa o Bellavista ¿qué verdad más grande hay que su comedor social?

Esta semana se ha celebrado la que antaño era fiesta más importante de Sevilla y hoy en día se mantiene como uno de los días "señalaitos" del calendario. Por desgracia, creo que cada vez más convertida en un celebración hecha para exhibiciones militares, egolatrías civiles y postureo cofrade. El descenso de público es manifiesto y aunque se pueda defender que se trata de una celebración de acompañamiento y no de representación ¿qué sentido tiene que cuando aún falta la mitad de la procesión por salir, el resto ya haya terminado, recoja sus estandartes y se vayan al bar más cercano? ¿Qué sentido tiene ver a la Custodia entre insignias ocultas, furgonetas aparcadas en Alemanes o gente que cruza desde ese calle hasta García Vinuesa? El sentido se ha perdido por completo y no hay ni acompañamiento, ni representación ni asistencia.

Como decía al principio, las hermandades de barrio son las que marcan el camino. Este año, por ejemplo, Santa Genoveva ya ha dado el primer paso de restringir el número de personas que podían ir en el cortejo. ¡Bravo! Además cambian a la tarde el Corpus de su feligresía, para no coincidir con tantos otros que hay en la ciudad. Quizás el camino sea ese, potenciar en público externo el Corpus de Sevilla y en asistencia interna el de los barrios, los cuales en la mayoría de los casos van absolutamente solos. De nuevo, los barrios obran en la dirección más adecuada.

domingo, 16 de junio de 2019

La boda y el concierto

Esta semana hemos tenido dos eventos en Sevilla, que a diferente escala y por diferentes circunstancias, tienen un fondo parecido: ¿cómo debe ser la gestión y el uso de los templos? Insisto, la magnitud, el objeto y el fin son muy diferentes, pero la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio y el concierto de Ainhoa Arteta en la basílica de la Macarena tiene este trasfondo común.

A nivel general, creo que los templos deben estar abiertos a eventos culturales. Obviamente, son lugares de rezo, principalmente, pero no veo problema en hacer representaciones teatrales, presentación de libros, conferencias, conciertos... En el caso de Ainhoa Arteta la polémica que han visto algunos ha sido el cobrar una entrada al templo. El dinero va a ir destinado a un fin social, encima, por tanto lo considero una buena noticia y una buena gestión en este caso. Criticar esto parece propio de personas que no salen mucho de la ciudad y desconocen que es algo habitual en la cristiandad. Es no haber visitado Roma y ver que allí hay una oferta cultural amplia en los templos (pagando en la mayoría de los casos). Es creer que el mundo empieza y acaba en una corneta o querer ser el más populista del mundo virtual, que también los hay.

El tema de la boda tiene condicionantes muy diferentes, se trata de un personaje público al que le han permitido algunas cosas que no parecen apropiadas. Cerrar la catedral para su evento privado, no parece lógico. Cambiar la disposición de servicios públicos municipales, como son las calesas, tampoco parece una buena medida. En este asunto, parece que tanto Ayuntamiento como Palacio han actuado al servicio de una persona por el mero hecho de ser famoso y, seguramente, pagar muy bien. Esa boda, más allá de su ámbito privado, no tiene interés social, ni religioso ni por supuesto cultural. Para colmo, atrae a la sociedad más casposa y repugnante del panorama mediático español. 

Como decíamos al principio, ambos hechos han sido objeto de críticas estos días. A veces entrelazadas y mezcladas, pero vemos que son dos actos muy diferentes. Quizás los templos deban ampliar su oferta cultural y no estar tan cerrados al mundo cofrade. Por otro lado, no parece una buena idea que el arzobispo ponga la catedral al servicio del faranduleo, la mezquindad moral y de un espectáculo que saldrá en todos los programas "rosa" de la televisión y en ninguna agenda cultural.

sábado, 15 de junio de 2019

La guerra electoral

De nuevo, estamos viendo una campaña política en las elecciones de una hermandad. En este caso es San Bernardo la que está acaparando la mayor atracción mediática, por los comunicados de sus aspirantes a hermano mayor. Estamos ante una de las hermandades más importantes de la ciudad (en cuanto a número de hermanos se refiere) y de nuevo la imagen que se está dando del mundo cofrade no parece la adecuada. Aunque no es la única hermandad, en La Lanzada o Esperanza de Triana también hemos visto cosas de esas, que como mínimo, nos hacen fruncir el ceño. 

Personalmente, veo normal que una hermandad - y más siendo de esas dimensiones - tenga más de una candidatura. No estoy de acuerdo con quienes se escandalizan o no entiende que esto pase. Es normal que si las hermandades son cada vez más grande, aparezcan este tipo de circunstancias. De por sí esto no es malo, el problema viene cuando no se entiende como unas elecciones, sino como una guerra. Detrás de todos estos espectáculos públicos que vemos en algunas elecciones de hermandades, lo que se esconde son varios de los pecados capitales: avaricia, soberbia, ira...

En ese contexto, lo que también subyace es lo que por aquí hemos llamado en más de una ocasión los "paseavaras". Esos miembros de junta, que se echan un poco de gomina, se extienden las patillas, se ponen un traje de chaqueta y le ponen una vara en la mano. Ahí es cuando el "paseavara" se cree Batman en Gotham. Muchos de ellos son los que en el proceso electoral hacen el trabajo sucio. Critican a sus hermanos de la otra candidatura, incluso si pueden sacarle algún chisme, no dudan en hacerlo. Son los blasfemadores de barra de bar y de cuentas anónimas de twitter.

Me importa muy poco si un hermano mayor está pensando cambiar los capataces y costaleros. Me importa casi nada si quiere a una banda u otra, o un estilo u otro. Carece de total importancia si un candidato tiene un estado civil u otro. Lo que sí me importa - y mucho - es saber si va profesionalizar la gestión de la hermandad o qué planes de conservación de su patrimonio tiene. De eso es de lo que deberían hablar los candidatos, con educación y sabiendo que el de enfrente es un hermano, no un rival.