domingo, 15 de mayo de 2016

Un toque de atención

El pasado jueves saltaba la noticia que convulsionaba las redes sociales y medios cofrades. La Paz decidía despedir a Antonio Santiago por haber ido perdiendo paulatinamente la confianza en él. Era una noticia que nadie se esperaba, ni nadie había anunciado antes de tiempo. Curioso que haya "dioses" de la comunicación que salen a rectificación por semana porque dan informaciones falsas o erróneas, y luego no se hayan olido una noticia de este calado. Para empezar, felicitar a la hermandad de la Paz por dos motivos, el primero por haber conseguido ser ellos quienes dieron la noticia, y así evitar los dimes y diretes que esto habría traído sin una confirmación oficial. El segundo motivo de mi felicitación es por haber tomado una decisión valiente y que yo considero justa. No todo el mundo se atreve a echar a alguien que lleva tanto tiempo en la hermandad, y con el cual muchos incluso identifican a la propia corporación del Porvenir.

Digo que considero justa la sustitución porque Antonio Santiago está protagonizando, en los últimos años, unos hechos pocos apropiados para el mundo de las cofradías. Hechos que indican que se puede estar creyendo por encima de las propias hermandades. Precisamente en la Paz han acontecido dos de ellos. Primero cuando hizo retroceder el palio para que no le cayera la "petalá" que el grupo joven había preparado para la salida. Por otro lado, este mismo año, cuando entró en cólera al oír que se comenzaba a interpretar el himno nacional. Incluso en este último caso puedo llegar a comprender su explicación y creo que lleva razón, pero él es una de las pocas caras visibles de la hermandad durante la estación de penitencia y no puede dañar la imagen de la misma con un espectáculo de ese calibre. Lleva razón en el fondo pero la pierde en la forma.  

Lo de este año en el Resucitado de creer que la salida procesional es el mejor momento para pedir matrimonio, es otro capítulo de esos que no parecen apropiados a la imagen de la Semana Santa. Tampoco ayuda a un hipotético propósito de humildad, que sea contratado para una hermandad y se refieran a él como el Cristiano Ronaldo de las cofradías. Quizás haya demasiadas salidas de tonos y, sobre todo, demasiados que se creen los inventores del "tinglao". Hace algunos meses tuvimos otro revuelo de esos que sirven para que Twitter arda, me refiero a todo lo que aconteció en torno a la banda de San Juan Evangelista. Otro caso de alguien que había pensando que él era la banda, y que esta estaba por encima de la hermandad a la que pertenece.  

Este despido es un toque de atención a Antonio Santiago, pero mal harían otros si no toman notan y aprenden la lección que absolutamente nadie es imprescindible en ninguna hermandad, ni en el mundo cofrade. Creo que deberían recapacitar muchos de los que se creen padres de esta tradición: Hermanos mayores, miembros de Junta, consejeros, costaleros, capataces, directores de bandas, periodistas, músicos, imagineros etc etc. Todos en conjunto hacen que esto sea una maravilla, individualmente, cualquiera es nadie, y lo que está claro es que la Semana Santa da mucho más a estos personajes, de lo que ello puedan aportar al mundo cofrade, por muy "primeras figuras" que sean en su labor.






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