domingo, 1 de mayo de 2016

Los "currantes" de las hermandades

Hoy es 1 de Mayo y en recuerdo a los Mártires de Chicago, en aquella ya lejana revuelta de Haymarket, se celebra desde hace décadas el Día Internacional de los Trabajadores. Me parece de justicia acordarnos en este día de tantos y tantos "currantes" de nuestras hermandades, que son los que hacen de verdad que la Semana Santa siga prosperando día a día. Son personas que nada tienen que ver con las ojanas y puñaladas traperas de las varas de Junta, ni tampoco son el objetivo de los glamurosos focos mediáticos que algunos necesitan para subsistir. Son esas personas que cuando uno entra en una iglesia están realizando su labor de manera abnegada y diligente y pasan desapercibidos la mayor parte del tiempo. Están todo el año, porque la vida de hermandad les necesita a diario, no sólo se acercan en Cuaresma, cuando el "gusanillo" del estómago dice que esto está ya aquí y es cuando algunos se acuerdan de la hermandad.

Como fenómeno total que es, la Semana Santa necesita de muchos trabajadores anónimos externos a las propias hermandades. Hoy es el día de acordarse de escultores y restauradores jóvenes que están sobradamente formados para crear nuevos titulares o figuras secundarias, o para restaurar los titulares ya existentes. Es el momento de mencionar a Lourdes Hernández, Ramón Martín o Juan Carlos Vázquez Pichardo. Quizás no son las primeras personas que un cofrade "random" nombraría, pero en mi opinión, tienen un talento que debiera ser más reconocido no sólo públicamente sino también con el encargo de más obras. Es el día para mencionar a esos talleres de bordados a cuyos trabajadores no podemos poner ni cara ni nombres, pero sí debemos ser consciente de las horas y horas que sus integrantes echan. A modo de representación, y para salirnos de los talleres más reconocidos, se me viene a la cabeza el taller de bordados que tiene la hermandad de San Pablo, cuyos hermanos y hermanas en tanto están ayudando a enriquecer el patrimonio de esta aún novel corporación.

En los talleres de orfebrería pasa los mismo que en los de bordados, a las personas que trabajan allí no le podemos poner nombre y apellidos desde la lejanía. Es este un reconocimiento global a quienes hacen, con su trabajo, que Sevilla sea puntero en algo positivo y no sólo figurar en los puestos de arriba cuando de índices negativos se habla. El arte de la orfebrería es uno de los que más ha engrandecido la Semana Santa a lo largo de los siglos, y una tradición que se ha ido heredando de padres a hijos con la grandeza de quien hace un joya como si fuera una rutina. Otro aspecto que no se lleva grandes titulares es el de los cereros. Pasamos por el Salvador como quien no está pasando delante de una familia que lleva haciendo esta labor durante 170 años. Son varias la cererías que hay en Sevilla, ¡Qué poco nos acordamos de ellos siendo los encargados de elaborar uno de los elementos más simbólicos de nuestras celebraciones! 

En la globalidad de las masas se pierden los detalles, en el todo de una banda se pierden los asuntos y esfuerzos de cada uno. Se pierden las historias personales que hay detrás de ese ensayo repetido mil veces para que la nota salga perfecta, se pierde las noches a la intemperie con lluvia, frío o calor, se pierde el quitar tiempo a la familia... En ese global, algunos no quieren reconocer el esfuerzo que centenares de sevillanos hacen a diario cuando van a ensayar con su banda. Quizás una de la labor más importante que hacen es la de formar músicos, ahí están las secciones infantiles de Centuria, Sol o Cigarreras, y como son verdaderas escuelas de música, pero no debemos olvidar otras más anónimas cuya labor es igual o más importante que las anteriores, por ejemplo la Escuela de Música de Salud y Esperanza. 

Hoy se trata de poner en valor el trabajo de esos "anónimos" que hacen del mundo cofrade algo único en el mundo. Son muchos, en la mayoría de los casos imposible de conocer para quien no esté muy cerca de ellos. Que os parece si, entre todos, le damos un homenaje a estas personas. En los comentarios de este artículo de opinión o a través de las redes sociales, nombra a ese "currante" que tanta labor hace a diario y nadie se lo reconoció nunca públicamente. 





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