domingo, 29 de octubre de 2017

Hipócritas

Sevilla es una ciudad plagada de hipócritas, esto es tan así que todos los que vivimos el día a día de la ciudad lo sabemos, se comenta en pequeños círculos, pero rara vez alguien lo dice abierta y públicamente. He ahí la prueba más evidente de esa hipocresía. Sevilla es la ciudad que premia al medroso y castiga al valiente, la que sí paga a traidores; su historia, su callejero y sus tumbas-homenajes ahí están. Ciudad con un sector importante de población con dos discursos, el de los abrazos al verte de frente y los cuchillos cuando te das la vuelta. Ciudadanos fácilmente manipulables, con una frase ñoña los lobos con piel de cordero se ganan al pueblo. No hace falta más. 

Se le atribuye a Publilio Siro la frase de "cuando la mala persona aparenta nobleza, es cuando emerge lo peor de sí", no puedo estar más de acuerdo con esta frase. Peligro social es cuando esas personas tienen repercusión y cierto magnetismo, la historia está plagada de miserables que llevaron a  la quiebra a la sociedad en la que influían. Hipócrita es también callar (quien calla otorga) cuando se ve una injusticia y se apoya al poderoso para no salir malparado de la contienda.

Ningún cofrade de esta ciudad cumple al cien por cien las reglas de su hermandad, ninguno (ya no digamos católicos y las reglas de la Iglesia). Cuando  alguien las incumple a sabiendas silba, mira al cielo y cruza las manos por la espalda, pero si quien incumple esa regla es otro va a por él como si fuera un judío en el monte Sinaí. Encolerizado, con odio y con la única intención de satanizar al infractor, porque así en su círculo 'neorancio' será reconocido como una persona íntegra, aunque esa integridad no es real, es todo ficticio. Hipócritas. 

Siempre hubo una parte festiva en la Semana Santa de Sevilla, en los últimos cinco siglos nunca existió un tiempo dónde la Semana Santa tuviera un punto de vista exclusivamente religioso y místico. Lean las quejas de Mateo Alemán al respecto, o a Bernejo, González de León, Núñez de Herrera...Vean las fotos de Robert Capa, Serrano, Martín Cartaya... El 'lobby neorancio', que se autoproclama reinado de la sevillanía en Twitter, hace que se tenga que pedir perdón por algo inocuo y que muchos de los que critican hacen, sin embargo se alaba que esas mismas personas propongan el uso de la violencia extrema contra quien piensa diferente ("La violencia tiene su origen en el peor enemigo de Dios y del hombre, el Diablo. Cristo mismo llamó asesino al Diablo". Juan 8:44). Hipócritas. La hipocresía es promover desde tu poltrona una única Semana Santa y menospreciar al que no tiene esa visión de pensamiento único, pero cuando para tus intereses personales necesitas mostrar que no hay solo una Semana Santa, el pueblo, al que has domesticado durante tanto tiempo, empieza a relincharte. Hipócritas todos. 

domingo, 22 de octubre de 2017

Coronaciones

Una vez que Nuestra Señora de la Salud de San Gonzalo había posado los cuatros zancos en su parroquia, la Hermandad de las Cigarreras hizo pública la fecha de la coronación de María Santísima de la Victoria, la cual se producirá el 13 de octubre de 2018. Personalmente pienso que llega tarde esta coronación, en mi opinión es una de las grandes vírgenes de Sevilla, tanto en valor artístico como histórico, pero la realidad es que llega ahora, con Juan José Asenjo al frente de la archidiócesis y después de haber reconocido en varias ocasiones que es la imagen mariana a la que le tiene más devoción en Sevilla. Sea por una cosa o por otra se hace justicia. 

En un encuentro digital al que acudía el arzobispo esta semana decía que "el móvil de la coronación nunca puede ser el prestigio de una determinada institución o corporación o el mimetismo con otras instituciones similares". Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación, pretendemos siempre sacar el 'devociómetro' y que nuestra virgen o cristo sean los mejores en todos los rankings, incluso si hace falta menospreciando al resto de tallas de la Semana Santa, eso sí, que nadie se meta con nuestros titulares, que entonces nos duele. Veo absurda esas guerras cainitas de estar eternamente tirando piedras contra nosotros mismos.

En ese mismo encuentro Juan José Asenjo decía algunos de los requisitos que se necesitaba para poder coronar a un virgen, "que la imagen que se pretende coronar goce de cierta popularidad y sea objeto de una gran devoción de los fieles". La frase es ambigua y da para interpretarlo como cada uno piense. Como decía antes, aquí sacamos rápido la comparación entre las devociones sevillanas y empezamos a comparar cuánto de devoción tiene una más que la otra. A mí es un tema que no me gusta, la devoción es algo tan personal y poco tangible que cuantificarlo me resulta particularmente imposible. Eso sí, tenemos algo relativamente objetivo como es el número de hermanos o la población de un municipio, los cuales son una parte importante de esos devotos. Si hacemos esa comparación entre corporaciones sevillanas es fácil deducir que unas tengan más devoción que otras, pero si la comparación la hacemos con otras zonas de España, ahí quizás todas imágenes marianas de Sevilla estén por encima de la media en una hipotética clasificación, que insisto, es tan innecesaria como subjetiva.

Una de las razones que esgrimen quienes desean parar ya las coronaciones es '¿qué premio van a tener entonces las primeras coronadas?', me chirría lo de premio, pero es lo que leído en las redes sociales estos días. El reconocimiento, que no premio, es haber sido coronadas y si todas las de Sevilla lo fueran algún día (es lo que yo vería normal y me gustaría) pues el reconocimiento sería justamente eso ¿O es que pretendemos tener derbis en las hermandades como si esto fuera fútbol?. Que una imagen de Sevilla tenga una distinción tan especial debería ser muestra de orgullo para todo cofrade, pero aquí preferimos que antes que nuestra hermandad vecina tenga el mismo reconocimiento que nosotros, lo tenga, por ejemplo, una virgen de una población conquense con 200 habitantes. Así nos va. 



domingo, 15 de octubre de 2017

Los bienaventurados de salud

Salud, cinco letras que resumen todo. Sin salud no hay nada. Salud es lo que soñaron unos osados en los años 40, personas humildes que encontraron su sino en el barrio León. Salud es lo primero que piden los padres para su hijo y es lo que solicitan los hijos para sus padres cuando ven que les va a empezar a faltar. La salud es nuestro 'sherpa' particular en el ascenso de la vida. Salud es lo único imprescindible, estando plenamente sanos todo lo demás cobra sentido. Es por eso que no se me ocurre  mejor advocación para recorrer las calles de la ciudad.

Nos podemos quedar en lo superficial, en si entra más o menos tarde, si se hacen más 'parás' de la cuenta, si la banda toca tal o cual marcha o si va sin corona o con diadema. Nos podemos quedar ahí porque somos bienaventurados por no estar faltos de salud. Si nos faltara, nos quedaríamos con el momento que la virgen se gira a nuestro balcón porque nuestra enfermedad no nos permite salir de casa. Nos quedaríamos con el instante que desde la ventana de nuestra habitación de hospital el rostro de la virgen de la Salud sube como gotero de suero vital a través de un palio de malla. Nos pararíamos en los segundos que la virgen se para delante de nosotros, mientras nos emocionamos sentados en nuestra silla de ruedas. Momento en el que el San Pedro de Santa Ana, ese que habla con las cuerdas vocales del corazón, se emociona al coger el martillo. Echemos el tiempo que haga falta en una residencia donde solo se pide salud, eso sí que es extraordinario, pedir nada más que lo básico, lo único que importa. 

Para el enfermo que está en su casa, el hospital, una residencia, en silla de ruedas o para el mudo de Triana el momento será eterno, lo recordarán siempre, porque es el día y la hora que clamaron en el Everest de la vida y su 'sherpa' apareció sin corona un sábado y coronada al siguiente. Esas personas no hablarán de hora y media, ni de ningún horario, ellos fueron el leitmotiv de la semana, aunque los superficiales titulares y focos se hayan centrado en otras banalidades. Esos enfermos no miraron el reloj en ningún momento, ni se quejarán en las redes antisociales. Por desgracia no pueden perder el tiempo con las tonterías que construimos los bienaventurados de salud. Nosotros tenemos la suerte de poder hablar de estas simplezas, las cuales la semana que viene ya ni nos acordaremos y hablaremos de otras historias sin importancia, pero los enfermos que tuvieron Salud delante de sus ojos durante esos segundos es seguro que lo van a recordar el resto de su vida. 

Y claro, no solo existen estos momentos ante enfermos y gente necesitada, también están los saludos a otras hermandades, en el caso de la capilla de la Estrella el reconocimiento a una madre, ese saludo recuerda la historia y es de agradecimiento, algo que no debemos perder nunca. O en el Baratillo, las Aguas, Rosario del barrio León, Capilla de los Marineros... muestra de hermandad. Nos quejamos siempre de la falta de hermandad de nuestras corporaciones, pero cuando en días señalados y de alegría se saludan como lo hacen los hermanos (con sinceridad y amor), pretendemos que ese saludo sea frío como el de dos recién presentados, o incluso peor, que se crucen, pero no se saluden, como si no se conocieran de nada. Repito, el leitmotiv y lo que más justifica un retraso es el confortar a los enfermos durante unos segundos, pero en otro nivel tampoco debemos despreciar estos lazos de unión en un mundo cada vez más individualista y desunido. 

Si hay una cosa que todos los cofrades estamos de acuerdo es que la Semana Santa tiene un fuerte componente emocional. También coincidimos en que las hermandades tienen una labor social y devocional, pero por una extraña causa, estos motivos, que esgrimimos muchas veces cuando se ataca al mundo cofrade desde fuera, se nos olvidan al llegar ciertos eventos, y somos nosotros mismos los que pretendemos convertir cualquier salida en un espectáculo programado y milimetrado, donde las imágenes vayan siempre igual, las 'revirás' se den siempre de la misma manera y la marcha que suene sea la esperada y conocida por todos. Se busca ir a una salida extraordinaria como vamos al cine a ver una película que ya antes hemos visto y donde sabemos que va a pasar en cada momento. Quitemos la emoción y la improvisación en el mundo cofrade y nos quedará casi nada, prácticamente como si nos quitaran la salud.