Que Sevilla es una ciudad mariana es algo que salta a la vista pero no sólo por la veneración que aquí se le puede tiene a la imagen de la Virgen María sino porque hacemos de las advocaciones marianas una forma de vida. Vamos a dar un paseo por la ciudad:
En primer lugar iremos a un hospital donde tantas Divinas Enfermeras reparten Salud y ponen Remedios a todo el que allí llega. Pilar básico de nuestra sociedad son esos médicos que solucionan tantas Angustias y Dolores. Entrar en Urgencias un día cualquiera es saber que no todas las personas tienen el Buen Fin que merecen.
Después del hospital seguiremos nuestro paseo por la ciudad, donde será inevitable no ver la cantidad de Desamparados que hay en las callle. Será nuestra particular calle de la Amargura y a buen seguro después de este paseo no podremos evitar que nuestras Penas y Tristeza aflore. En la calle también veremos Alegría que nos vendrá de esos niños que juegan ajenos a cualquier problema. Ellos son la Luz que ilumina un mundo mejor, la Aurora de la nueva era.
El paseo lo proseguimos entrando en esas Casas de Socorro que hoy en día no dan a basto. El Mayor Dolor de estas personas es, en ocasiones, el no tener Refugio a su Soledad. Sólo la Encarnación en Angeles que son esos voluntarios que con tanta Caridad y Misericordia dedican esfuerzos, dinero y tiempo por los que lo más lo necesitan hacen que merezca la pena luchar por esta sociedad. Comedores sociales que son el Patrocinio de los que buscan Amparo. Auxiliadoras que actúan como las Nieves en la montaña de Montserrat. Consolación de los que sólo tienen Desconsuelo.
Y después de esto tenemos que hacer la Presentación en la calle Santa Angela, estos son palabras mayores: Aquí no cabe más que agachar la Cabeza, callar y escuchar, callar y aprender, callar y rezar, callar y ver la vida que estas monjitas dan a quien deambula por este Valle de Lágrimas. Observar como sus hábitos llegan a los lugares más recónditos como llegan las Aguas a la flor de la Hiniesta o la Candelaria, entender como son las Santa Lucía de los que no ven un futuro halagüeño, comprender que la mayor Victoria es hacer la vida más fácil a los demás.
Siete Dolores intentan apuñalar el Inmaculado Corazón de nuestra sociedad: Paro, intolerancia, xenofobia, extremismo, odio, envidia y pobreza. Todos ellos sólo pueden ser superados por la Estrella que Guía a muchas personas, por el Sol que brilla en lo más Subterráneo y esa no es otra que la palabra: Esperanza, a la cual sólo se puede llegar a través de la Paz. Sin olvidarnos de la importancia de predicar con el Amor al prójimo. La Palma sea para todos aquellos que a diario hacen de estas palabras su bandera.
Oh! Sevillana Mariana, llena eres de Gracia. Da igual que te llames María, Concepción, Guadalupe, Loreto, Rocío, Mercedes, Rosario o Carmen, da igual que en algunas candidaturas te excluyan, que no se te permita llevar a lo más sagrado sobre tus pies, da igual que algunos piensen que este no es tu mundo. La ignorancia es atrevida y da igual el Dulce Nombre que tú lleves, debes saber que la primera Regla de esta ciudad es que es Mariana, y tú eres la Divina Pastora de este rebaño descarriado que es Sevilla a veces, por eso ¡Sevilla eres tú!
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