martes, 8 de octubre de 2013

La cultura del cerrado

A nadie escapa que Sevilla es una ciudad que vive principalmente del turismo. Sin duda tiene potencial suficiente como para ser referente mundial en este sentido o al  menos para elevar el nivel de vida de sus ciudadanos, al fin y al cabo es lo que todo el mundo debe buscar. En Sevilla no hay un Silicon Valley, ni una Universidad de Oxford ni un puerto de Rotterdam. No, no tenemos nada de eso y aunque siempre apoyaré cualquier intento de diversificar la oferta de esta ciudad debemos ser realista y a día de hoy la Cartuja no se parece en nada a la Bahía de San Francisco,de nuestra actual Universidad no ha salido ningún referente mundial y nuestro Puerto no supone el 11% del PIB del país como en el caso de Rotterdam. Repito, y para que quede claro, lo que a continuación voy a exponer no debe ir en detrimento de fortalecer estas debilidades de la ciudad. 

Lo que a día de hoy tiene la ciudad, aparte de una tasa de paro descomunal  y una carencia de empleo escalofriante, es un buen paquete turístico que ofrecer. Tiene eventos conocidos a nivel mundial como la Semana Santa, la Feria, los toros, el flamenco o el Rocío; tiene un casco histórico que fascina tanto al que lo ve por primera vez como a los que tenemos la suerte de verlo a diario, tiene monumentos con atractivo mundial, tiene unas costumbres, como la tapa, que son también conocidas tanto en España como en el resto de países, tiene a la segunda pinacoteca del país... Pues bien, si tenemos todo esto y la situación es tan grave no hace falta ser un lince para darse cuenta que algo falla.


En mi opinión ese fallo tiene dos aspectos, por un lado la falta de iniciativa de sus ciudadanos y dirigentes y por otro lado la comodidad y el "hacer las cosas como se han hecho toda la vida de Dios". No es de recibo que una ciudad que vive de la gente que le visita, le cierre las puertas de todo en todo momento. Que impida que el turista dé empleo y deje riquezas en la ciudad. Si un turista quiere ir la Tour Effiel tiene para hacerlo de 9.00 a 00.45 en verano y de 9.30 a 23.45 el resto de año; si un turista va a la Catedral de Colonia podrá entrar de 6.00 a 19.30 o de 6.00 a 21.00 según la época del año; si lo que quiere es ver el Coliseo de Roma tendrá desde las 8.30 hasta que se ponga el sol, todos los días del año salvo 25 de Diciembre y 1 de Enero; y si lo que desea es ver las Piramides de Egipto tendrá ocasión de hacerlo de 7.00 a 19.30. Después de esta vuelta al mundo vamos a darnos una vuelta por Sevilla: La Catedral abre:


 Horario de invierno:

Lunes: de 11:00 a 15:30 (de 16:30 a 18:00 visita audioguiada gratuita con reserva anticipada. En español e inglés)*

De martes a sábado: de 11:00 a 17:00

Domingo: de 14:30 a 18:00


- Horario de verano (julio y agosto):

Lunes: de 09:30 a 14:30 (de 15:30 a 17:00 visita audioguiada gratuita con reserva anticipada. En español e inglés)*

De martes a sábado: de 9:30 a 16:00

Domingos: de 14:30 a 18:00


El mejor de los casos es los Domingo de Julio y Agosto que abre con la fresquita (14.30 a 18.00). La diferencia creo que es abrumadora ¿Tan difícil es contratar a gente y abrir todo el día? Si está demostrado que turistas hay a todas horas y que rentable va a salir en todos los sentidos.


Si esto lo tenemos en la SIC, imaginemos el resto de iglesias y parroquias de la ciudad. Salvo honrosas excepciones, la mayoría de iglesias, parroquias y conventos de esta ciudad abren o muy poco o casi nada. ¿Cuantas iglesias de Sevilla están siempre cerradas? ¿Cuantas abren sólo para el culto semanal y cierran rápidamente? Casi cualquier iglesia de Sevilla tiene algún elemento de bastante valor, ya sea por los titulares, retablo, cuadros.... ¿De verdad le queremos ocultar esto a los que nos tienen que dar de comer?


Somos turistas y estamos cansados de tanto correr para que no nos cierren las iglesias y los monumentos. Nos sentamos en un bar a tomar una tapa y una cerveza que nos han dicho que aquí están muy buenas. El camarero viene y nos indica que pidamos rápido porque ¡¡¡la cocina cierra!!! La pesadilla no termina, el turista al final cuando vuelva a su lugar de origen dirá: ¿Sevilla? muy bonita en fotos porque si vas allí será lo único que verás, lo tienen todo cerrado. Y el sevillano seguirá en paro, deambulando por la ciudad rodeado de pobreza pero diciendo "Miarma, que ciudad más bonita tengo ¿Por qué no vendrán más turistas?"








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