domingo, 1 de marzo de 2015

Los Da Vinci hispalenses

Leonardo Da Vinci nació a mediados del siglo XV en Florencia. Fue pintor, anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. De haber nacido en Sevilla en la segunda mitad del XX además sería experto en cualquier deporte (incluido curling pero sobre todo fútbol) y cofrade multiusos, lo mismo te sabría hablar de la liturgía que de los aspectos técnicos de una obra. Creo que estaréis conmigo que actualmente tenemos un gran número de Da Vinci sevillanos que de todo saben. 

Me hace mucha gracia ver como hay personas que de cualquier tema son capaces de dar clases magistrales y las cuales suelen, además, no admitir ni tan siquiera un punto de vista diferente al de ellos. Si la restauración de una imagen no ha sido de su agrado se atreven a dar lecciones a los profesionales en la materia. Claro, pasa con esto, que mientras se crucen con ignorantes (aunque prudentes) tertulianos pueden quedar incluso como que saben mucho de la materia, pero como en la reunión haya un experto real se pueden llevar más "¡Zas en toda la boca!" que una recopilación de los mejores episodios de "Padre de familia".

Ya empiezan a salir los Köppen que de modelos saben más que el propio Brasero y ya ellos han decidido si en Semana Santa va a llover o no. ¡Qué nadie se atreva a decirles que un modelo, una predicción y una previsión nada tienen que ver! Ellos son los poseedores de la verdad absoluta y nadie sabe más que ellos. Para eso son los creadores de los modelos meteorológicos. También de historia saben más que nadie, aunque en la mayoría de los casos no hayan leído un libro más antiguo que el de la biografía de Belén Esteban. Da igual, ellos dicen que eso antes no era así y eso antes no era así.

Nacieron en la época equivocada, eso es verdad, en el Renacimiento tanta sabiduría hubiera sido recompensada con fama, en el siglo XXI no pasan de troll de red social que pretenden tener su momento de gloria y no se da cuenta que en realidad están quedando en evidencia continuamente. En su momento dimos el humilde consejo de alejarse de los siesos, también deberíamos alejarnos de estos Leonardos porque actúan como termitas del intelecto, quitándonos conocimientos a los que en un momento dado podemos creer sus palabras.




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