martes, 25 de marzo de 2014

El código secreto hispalense

A veces es difícil para un sevillano darse cuenta que gran parte de nuestras conversaciones están dichas para que sólo nos entiendan las personas que son de aquí o tienen muy asumido nuestro léxico. Algunas de las cosas que decimos sí las pueden entender en otras partes de Andalucía pero otras es difícil de comprender hasta para gente que sea de más lejos de La Roda de Andalucía.

El primer punto que vamos a analizar es la gastronomía. Entre sevillanos sabemos lo que queremos cuando decimos alcauciles pero alguien de Burgos seguramente no nos entienda. También nuestro amigo burgalés se perderá cuando le digamos ¿Quieres calentitos?. En este sentido hay sevillanos que, por desgracia, ya no entienden esta palabra. Un día en un bar una señora muy sevillana pidió "Un café y calentitos", el camarero raudo y veloz le llevó su café a la señora mientras decía "Aquí tiene su café, "jirviendo"" Por ejemplo es raro escuchar a un sevillano decir judías, aquí nos entendemos con habichuelas...aunque esto sea otra cosa en gran parte de España. 

Otro de nuestros códigos está en los lugares de la ciudad, especialmente relevantes son en este sentido los puentes de la ciudad. Nuestros amigos foráneos se vuelven locos buscando en un plano los puentes que el sevillano le dice: "Puente del paquito, puente de los leperos, puente del Cachorro...o incluso puente de Triana que en la mayoría de planos viene como de Isabel II al ser este su nombre oficial". Los sevillanos sabemos que cuando decimos "Eso está al lado de Pepe el Muerto" quiere decir que está cercano a la Alfalfa y no en el cementerio como seguramente entendiera nuestro amigo de Vic. También sabemos que Pilatos no vivía en la calle Aguilas....pero ¿estamos seguro que alguien de fuera lo tendría tan claro al oirnos lo de la Casa de Pilatos? Si has quedado en Triana y alguien te llama al móvil y te pregunta "¿Por donde vas? ¿Te queda mucho para llegar?" Tú le contestas que vas por el mechero y rápidamente tu interlocutor sevillano entenderá que ya estás entrando en Triana. Ahora, dile eso a un humano de Eibar, que se va a ir a buscarte al estanco más cercano. Y bastante problemático es quedar con un conquense en el edificio de la Adriática o en el Simago. El pobre se podría tirar varias horas buscándonos.

Pasamos a analizar nuestro código en el callejero, tú a alguien de Sevilla le dices "Vente "pacá" que estoy en la cuesta del bacalao tomando una cerveza" y en seguida el tipo está volviendo por el Bar Gonzalo, pero un extranjero de Oviedo cogería su plano y no encontraría eso de "cuesta del bacalao" por más que buscara. Al igual que no encontraría en un plano la calle Oriente, aunque muchos sevillanos sigan llamando así a la calle Luis Montoto. Y ahora una anecdota real: Mallorquines que vinieron a Sevilla y vieron en la puerta de un gimnasio cercano a la Alameda de Hércules un cartel que ponía "Entre por Amor de Dios", ellos pensaron que era una forma original que tenían los dueños del local para pedir que la gente entrara. Ni se imaginaron que estaban en la puerta trasera del Gym que hay que en la calle Amor de Dios. 

Ya por último vemos el sitio donde quizás más códigos internos utilizamos, y lo mejor de todos es que lo hacemos con tanta naturalidad que ni somos conscientes. Vamos a ir poniendo situaciones: 

- Lunes Santo al mediodía. Estamos en el parque de María Luisa y os digo: "Por ahí viene Santa Genoveva". ¿Me habéis entendido, verdad? Pues ahora explicárselo al francés que sigue esperando ver  la representación de la santa de su país.

- Seguimos en el Lunes Santo, ahora por la noche y en el Salvador, os digo "¡Qué grande es el misterio de Santa Marta!". Me habéis vuelto a entender todos menos el valenciano que está pensando que como si él ve todos los programas de Cuarto Milenio y se compra todos los libros de Jose Manuel García Bautista aún no sabe que misterio tan grande ocultaba dicha santa.

- "Por ahí viene el Señor de Sevilla". No os digo nada más, no hace falta. Pues el madrileño aún está buscando a quien viste tan elegante como para ser llamado así.


Foto: Sevilapedia








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