domingo, 10 de marzo de 2019

La guerra del Martes Santo (y III)

En los dos artículos anteriores hemos visto el cómo se desarrollaron los acontecimientos y el qué está en juego. Hoy vamos a terminar esta trilogía de artículos viendo quienes son los actores de esta lucha. Ya dijimos en el primer artículo que el promotor principal de la misma está siendo el Consejo y como daño colateral, o en defensa propia podríamos decir, incluiríamos a las hermandades, que están defendiendo - ante la traición de la Junta Superior del Consejo- el modelo que más les beneficia. 

La Semana Santa se ha venido configurando a lo largo de la historia en base a continúas luchas de poder. Actualmente, en mi opinión, dentro del mundo cofrade tenemos hasta cinco poderes y otro que es cada vez más influyente y debería ser tenido en cuenta en lo análisis que se hagan a partir de ahora. A los tradicionales poder eclesiástico, civil, mercantil y cofrade se le ha ido uniendo el poder de los medios de comunicación. Una opinión publicada que cada vez más influyen en la opinión pública. 

El sexto poder del ámbito cofrade serían las redes sociales, vemos como su influencia va en aumenta en las altas esferas políticas, incluso determinando toma de decisiones importantes. Sería lógico pensar que en el mundo cofrade también condicionará la toma de decisiones en un futuro, aunque hoy por hoy no es tan relevante como los otros. El Martes Santo de 2019 será una victoria parcial del poder mercantil, sorprendentemente no solo ante el silencio, sino incluso hasta con la complacencia del poder eclesiástico, que permite convertir la carrera oficial en un templo para mercaderes. Personalmente entiendo la Semana Santa como una "fiesta total" (Isidoro Moreno dixit), pero me llama la atención que Palacio la entienda como un espectáculo al que sacar dinero. 

Del poder civil uno espera, al menos, responsabilidad, pero en los últimos años tienen una forma de actuar negligente y timorata, permitiendo también que el poder mercantil juegue sus cartas sin ningún control. Esta dejación de funciones de los dos poderes, que históricamente han organizado la Semana Santa, hace que el poder mercantil sea ahora quien dicte las normas. Ha pasado de ser influyente a ser el auténtico organizador del evento. Creo que harían bien en tomarse en serio este asunto todas las hermandades de la Semana Santa, es su autonomía la que están perdiendo. Se habla de una posible protesta de las hermandades el próximo Martes Santo, consistiría en que las cofradías hicieran la carrera oficial en silencio o a tambor. No sé si es un simple rumor de bar o está realmente en la cabeza de los hermanos mayores, pero sería un golpe para el poder mercantil, que lo que busca es comprar con su dinero la estética del espectáculo. El arma que tienen las hermandades es no darle ese espectáculo. En mi opinión, sería acertado que una protesta de ese calibre la hicieran no sólo las del Martes, sino también todas las demás hermandades de la Semana Santa. Sería, de nuevo, actuar en defensa propia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario