domingo, 3 de junio de 2018

Coherencia y empatía

A veces pienso que todos los cofrades deberíamos hacer un ejercicio de ver nuestro mundo desde fuera, es decir, analizarlo como lo ven todos los que no están metido en él o no les interesa. Quien sea capaz debe hacerlo desde la máxima objetividad y quitándose los prejuicios e ideas establecidas que tenga. Es difícil, que duda cabe, pero también es muy productivo, porque es la manera de ver en qué fallamos y hasta que punto se sobreactúa en la mayoría de los casos.

Continuamente formamos debates estériles, pueriles y eternos, seguramente instigados por esa parte de la prensa morada conservadora que vive en una continúa contradicción. La prensa que un día te habla en tercera persona criticando la banalización del mundo cofrade, y al día siguiente te saca una crónica entera con fotos de sus amigos "postureando" en el Corpus (eso esta semana, pero valdría para cualquier extraordinaria o procesión de Gloria). No parece serio ni coherente. 

Esa prensa y "lobbies" neorancios que siempre por el mes de mayo, el más complicado en este aspecto, aprovechan para criticar la realización de eventos cofrades y religiosos en las calles de Sevilla. Siguen hasta un protocolo: se escribe un artículo de opinión, luego durante la semana se saca noticia con datos tendenciosos y finalmente el redactor jefe finiquita con otro artículo de opinión. Se critican Cruces de Mayo, procesiones eucarísticas y las de impedidos. Es decir, se critica al Santísimo Sacramento en la calle, la atención al enfermo y la cantera cofrade. Luego el resto del año se les olvida lo escrito este mes y lo que critican es una supuesta persecución religiosa, dando a entender que los católicos no pueden manifestar su fe públicamente. O una cosa o la otra, las dos es imposible.

Y es verdad que durante algunos días de este mes la ciudad puede tener un problema al que hay que poner solución. Estoy convencido que las medidas deberían venir de la mano de una regularización sensata, donde Cecop, el Consejo y Palacio tengan unas miras más allá de sus propias competencias, viendo el asunto desde la lejanía y con cierta empatía hacia el que tiene otras prioridades. No creo que recortar solucione nunca nada, mucho menos en las cofradías, y sobre todo es extraño que personas que comen de esto todo el año quieran reducir la Semana Santa a una sola semana, justo ellos. No se trata de no tirar piedras contra su tejado, porque en el fondo no consideran esta su casa Tampoco es pensar que solo existimos nosotros en el mundo, porque esos totalitarismos mentales nunca son sanos. Es tener coherencia en tu ámbito y empatía con el que discrepa.



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