Ayer
sábado el Consejo decidió quien será pregonero en el 2018. No habrá
sorpresas, es de su círculo y seguro dirá el pregón que los que estén
sentados detrás y delante quieren oír, como todos los pregones. Alguna
vez lo he comentado, puede haber pregones que suenen más frescos,
Francis Segura o Rafa Serna, por ejemplo, personalmente esos me
gustaron, pero no debemos olvidar que ellos también pertenecen a ese
entorno cerrado. Lo dicho en el atril es lo que querían oír los allí
presentes.
Hay
en Sevilla, y fuera de ella, personas que podrían dar un magnífico
pregón. Actores, periodistas, escritores... gente que domina el arte de
la oratoria y tiene cierta facilidad para escribir. Que sufren una
endogamia terminal y peligrosa lo muestra claramente que ha habido
incluso pregoneros que tenían algo de tartamudez, inadmisible si de lo
que hablamos es de un texto principalmente oral, pero lo importante era
que esa persona es uno de los suyos. También los ha habido con una
dicción nefasta, ¿Qué más da eso si es nuestro amigo?. Si alguien dice
que el pregón gana cuando se lee, quiere decir que ha sido un mal pregón
y que no ha cumplido su función, prácticamente de todos se dice eso
cuando ha finalizado, una muestra más que no se hacen buenas elecciones.
En
realidad esta endogamia es la que provoca que no vean muchas veces que
sus acciones producen perplejidad al resto. Todo va unido. No es
casualidad que cada Domingo de Pasión se organicen un 'show' para sí
mismos. Al igual que al encontrarse en el círculo cerrado y nada
autocrítico no ven la necesidad de cambiar tantas y tantas cosas de la
Semana Santa. Itinerarios, Carrera Oficial, jornadas... ahora dicen que
van a cambiar, sobre todo por el peso que hoy en día ha tomado la
seguridad, no por un convencimiento real. Llaman soluciones a los
parches, porque las soluciones realmente les parecen radicales. Al no
estar convencidos y casi verse forzados a ello postergan eternamente las
decisiones, en mayo te dicen que en septiembre habrá soluciones, y una
vez que llega septiembre te dicen que en Navidad, en Navidad que ya la
Cuaresma está cerca y no es el momento. Por eso defienden públicamente
que la Madrugá de 2017 fue por efecto de una pelea, ellos en su círculo
dicen eso y nadie les replica, nadie les dice que eso no solo es
mentira, sino que quedan bastante mal dando esa explicación. Fuera del
círculo sus actos y explicaciones provocan mofa y temor. Mofa por lo
irrisorio, temor porque al fin y al cabo nuestra seguridad y la Semana
Santa están en sus manos y organizarla con esa venda en los ojos puede
acarrear consecuencias dramáticas.
El
gran paso que daría este Consejo, este Palacio y este Ayutamiento,
sería que salieran de ese círculo, que se dejen de informes contratados
para reforzar sus tesis, de marear la perdiz durante años, de volver
siempre a los mismos temas para no coger nunca el toro por los cuernos.
Que se relacionen con gente de fuera, incluso que pidan ayuda a
profesionales de diversos sectores, aunque no sean miembros de ese club
privado de sevillanos. Que se tomen las croquetas y los soldaditos de
pavía con gente distinta, personas que le pueden aportar otro punto de
vista, seguramente mucho más cercano a la realidad. Pero no cambiarán su
forma de actuar, lo llevan en el ADN. El próximo Domingo de Pasión se
volverán a poner el mismo chaqué, dirán las mismas cosas, almorzarán con
los mismos y se colocarán para las fotos de la misma manera, la misma
sonrisa del que cada año piensa que es plenamente sevillano y no se dan
cuenta de lo poco representativo que es de esta ciudad.
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