domingo, 17 de septiembre de 2017

El círculo endogámico de la sevillanía

Ayer sábado el Consejo decidió quien será pregonero en el 2018. No habrá sorpresas, es de su círculo y seguro dirá el pregón que los que estén sentados detrás y delante quieren oír, como todos los pregones. Alguna vez lo he comentado, puede haber pregones que suenen más frescos, Francis Segura o Rafa Serna, por ejemplo, personalmente esos me gustaron, pero no debemos olvidar que ellos también pertenecen a ese entorno cerrado. Lo dicho en el atril es lo que querían oír los allí presentes.

Hay en Sevilla, y fuera de ella, personas que podrían dar un magnífico pregón. Actores, periodistas, escritores... gente que domina el arte de la oratoria y tiene cierta facilidad para escribir. Que sufren una endogamia terminal y peligrosa lo muestra claramente que ha habido incluso pregoneros que tenían algo de tartamudez, inadmisible si de lo que hablamos es de un texto principalmente oral, pero lo importante era que esa persona es uno de los suyos. También los ha habido con una dicción nefasta, ¿Qué más da eso si es nuestro amigo?. Si alguien dice que el pregón gana cuando se lee, quiere decir que ha sido un mal pregón y que no ha cumplido su función, prácticamente de todos se dice eso cuando ha finalizado, una muestra más que no se hacen buenas elecciones.

En realidad esta endogamia es la que provoca que no vean  muchas veces que sus acciones producen perplejidad al resto. Todo va unido. No es casualidad que cada Domingo de Pasión se organicen un 'show' para sí mismos. Al igual que al encontrarse en el círculo cerrado y nada autocrítico no ven la necesidad de cambiar tantas y tantas cosas de la Semana Santa. Itinerarios, Carrera Oficial, jornadas... ahora dicen que van a cambiar, sobre todo por el peso que hoy en día ha tomado la seguridad, no por un convencimiento real. Llaman soluciones a los parches, porque las soluciones realmente les parecen radicales. Al no estar convencidos y casi verse forzados a ello postergan eternamente las decisiones, en mayo te dicen que en septiembre habrá soluciones, y una vez que llega septiembre te dicen que en Navidad, en Navidad que ya la Cuaresma está cerca y no es el momento. Por eso defienden públicamente que la Madrugá de 2017 fue por efecto de una pelea, ellos en su círculo dicen eso y nadie les replica, nadie les dice que eso no solo es mentira, sino que quedan bastante mal dando esa explicación. Fuera del círculo sus actos y explicaciones provocan mofa y temor. Mofa por lo irrisorio, temor porque al fin y al cabo nuestra seguridad y la Semana Santa están en sus manos y organizarla con esa venda en los ojos puede acarrear consecuencias dramáticas.

El gran paso que daría este Consejo, este Palacio y este Ayutamiento, sería que salieran de ese círculo, que se dejen de informes contratados para reforzar sus tesis, de marear la perdiz durante años, de volver siempre a los mismos temas para no coger nunca el toro por los cuernos. Que se relacionen con gente de fuera, incluso que pidan ayuda a profesionales de diversos sectores, aunque no sean miembros de ese club privado de sevillanos. Que se tomen las croquetas y los soldaditos de pavía con gente distinta, personas que le pueden aportar otro punto de vista, seguramente mucho más cercano a la realidad. Pero no cambiarán su forma de actuar, lo llevan en el ADN. El próximo Domingo de Pasión se volverán a poner el mismo chaqué, dirán las mismas cosas, almorzarán con los mismos y se colocarán para las fotos de la misma manera, la misma sonrisa del que cada año piensa que es plenamente sevillano y no se dan cuenta de lo poco representativo que es de esta ciudad. 

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