domingo, 9 de octubre de 2016

La manada de cangrejeros

Aún estamos saboreando en la memoria la magnífica semana vivida junto a la Virgen de la Paz. Unas jornadas que nos han dejado bellas estampas del palio en la calle, un besamanos en la Parroquia del Sagrario y un triduo en la Catedral. Además del propio acto de la Coronación, lógicamente. Hay que felicitar a la Hermandad de la Paz por haber encontrado un punto de equilibrio entre la mesura de una celebración y la grandiosidad de un evento tan extraordinario. Casi todo salió a pedir de boca, pero como la perfección no existe hubo dos fallos que, a mi modesto entender, deberían haber sido solventados de otro modo.

En realidad el primero de esos detalles es responsabilidad exclusiva del Cabildo Catedral. La manera en la que situaron a los periodistas allí presentes no es ni la más decorosa, ni la mejor manera de tratar a unos profesionales que ayudan a la difusión del acto y por tanto a la evangelización. Estoy seguro que había mejores opciones que tenerlos apartados y "enjaulados" en la parte trasera de donde estaba situada la Virgen. Debemos valorar la labor que hacen los medios de comunicación en el mundo cofrade, y aunque haya ovejas negras, como en todas las profesiones, nunca se debería maltratar a una profesión como esta. 

En el otro fallo, siempre desde mi humilde punto de vista, sí tiene alguna responsabilidad la hermandad, aunque la mayor culpa recae sobre el CECOP y las fuerzas del orden. Ya está bien de esas manadas de cangrejeros. ¿Cuándo vamos a acabar con esa costumbre tan incívica, inmoral y peligrosa como es la de una masa de gente arrollando allí por donde va? El otro día delante del palio de La Paz se vivieron momentos de peligro extremo. No entiendo que ganan las personas que van ahí metidas. No puedes ver el paso y pasas un mal rato, a no ser que te guste avanzar por la propia inercia de la masa e ir asfixiado por el resto de gente que te rodea. Es algo que nunca he logrado comprender. Lo primero es que es peligroso, lo segundo es que la imagen que se transmite es de auténticos seres cavernarios. En Semana Santa hay hermandades que hasta se enorgullecen de llevar esta auténtica vergüenza delante de sus palios. 

La hermandad debe respeto a su cuerpo de acólitos y a sus representantes. Los acólitos en esta situación sufren una barbaridad y no pueden ejercer con decoro su labor. Delante mía, un representante religioso de avanzada edad, que iba en la presidencia del paso casi lo tiran, tuvo que dejar su vara a otra persona que estaba un poco apartada y fue arrastrado por la masa, el hombre quería salirse, pero no le dejaban. ¡De vergüenza!. El CECOP tan preocupado a veces de auténticas tonterías, ¿Por qué no ponen fin a esto?. Hasta 13 policías nacionales conté delante de la cruz alzada, donde no había gente ni peligro ¿Por qué no se utilizan esos recursos para eliminar a los "cangrejeros manadas"?

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