domingo, 10 de abril de 2016

El plan Aníbal González

La Semana Santa 2016 nos ha dejado como gran novedad el aforamiento de varias calles céntricas. Parto de la base que al frente de este plan hay personas que saben infinitamente más que yo de temas de seguridad, pero creo que mi análisis está sustentado en hechos realmente objetivos y que algunas de las acciones que se han tomado tienen difícil explicación. Durante la Semana Santa ya me parecía nefasto pero esperaba que, el lunes posterior, los expertos nos dijeran el porqué habían tomado esas decisiones y así poder entenderlas. Lo digo sinceramente, creía que habría aspectos técnicos y profesionales detrás de esas medidas, pero oída la rueda de prensa que dieron me reafirmó, aún más, en lo chapucero que ha sido el llamado Plan Aníbal González.

El plan se lleva a cabo básicamente por dos hechos del año pasado, uno el de las "carreritas" de la Madrugá, por otro el de las fotos de los nazarenos de la Hiniesta, los cuales prácticamente no podían entrar en la Plaza del Pan. Ambas imágenes son impactantes y no cabe duda que había que poner medidas para evitarlas, pero convertir en la cabalgata de Reyes Magos de Barcelona a la Semana Santa de Sevilla no es la solución. Algunos intentan machacar a la gente y decir que esto lo teníamos merecido por el incivismo mostrado el Domingo de Ramos pasado con la hermandad de la Hiniesta. Ese día los que fallaron, más que la gente, fueron el Ayuntamiento y las fuerzas de orden orden público que hicieron dejación de sus funciones. Y este año han fallado porque su misión es garantizar la seguridad pero manteniendo la esencia de la celebración.

Muchos dicen que sólo se actuó de forma excesiva el Domingo de Ramos y luego se alivió la cosa. Sin embargo hay fotos del Silencio, sin nadie, en la calle Daoiz o las Cigarreras entrando en Arfe con vallas y gente alejada, lo cual no tiene ningún sentido porque en ese punto y a esa hora se concentra muy poca gente. Cuando muchos aplauden estas medidas no se dan cuenta, o quizás sí, que corremos el riesgo de cambiar por completo el sentido de la celebración. En mi opinión, no podemos convertir la Semana Santa en una vallado continuo, y no dudo que si los cofrades somos poco exigente y permisivos, se pasarán las vallas de las Cuestas y el Postigo a la Plaza Cristo de Burgos, las calles del barrio de San Vicente o la calle Adriano y Triana. Tenemos que acostumbrarnos a exigir a quien dirige los designios de la ciudad. La solución fácil es vallar y mandar a la gente a tomar por... pero para lo que les pagamos es para que trabajen durante todo el año en planes excelentes y eficientes, no para que empiecen en Noviembre en un encuentro casual en la Plaza España y así incluso ponerle el nombre al plan. Que cada uno se haga una pregunta para sí mismo ¿A ti en tu trabajo que te pagan para que des la solución buena aunque te requiera más esfuerzo o para que des una solución facilona y sirva solo para salir del paso?

Hablamos de la esencia de la Semana Santa y el sentido que tiene una procesión en la calle, y eso es lo menos importante en este caso, si nos hacemos la siguiente reflexión: Hay dos grandes amenazas en la seguridad de la Semana Santa, una ya la conocemos: las carreritas, la otra, Dios quiera que jamás la conozcamos: Atentado. En cualquiera de esas dos situaciones, el sentido común nos indica que como se pueden agrandar los efectos de la acción es condensando a mucha gente entre vallas. Las "carreritas" es un hecho que ha ocurrido en tres años en los últimos diecisiete años. Por tanto no es algo que ocurra, anualmente, pero además cuando ha ocurrido ha sido en: Reyes Católicos, Gravina, Aponte, Lasso de la Vega, Plaza del Duque... ninguna de estos sitios ha sido vallado. ¿Qué sentido tiene justificar por este motivo el vallado? Y repito, esta es la opción facilona y la de lavarse las manos cual Pilatos. ¿Por qué el CECOP no entra de lleno en medidas que serían muy eficientes para la no aglomeración de masas? Como por ejemplo, quitar veladores de zonas masificadas, no sólo quitar sino no dar licencias expresas para kioscos ambulantes en zona de masificación... o ¿Por qué el Ayuntamiento no se atreve a sacar una ordenanza dónde prohíba el uso de sillitas a personas que por edad o plenitud física no lo necesitan?



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