domingo, 31 de enero de 2016

Periodismo 3.0

En su momento hablé del sello personal del Sol. Esta hermandad incorporada a la Semana Santa hace pocos años, pretendió desde el primer momento aportar cosas nuevas y buenas. Eso en la ciudad del inmovilismo se paga caro. Muchos no entienden la importancia de tener un patrimonio heterogéneo en nuestras cofradías, y tampoco ven que la idiosincrasia de una hermandad se forja con el tiempo y no de un día para otro. Esta semana la hermandad del Plantinar ha dado a conocer su nuevo recorrido del próximo Sábado Santo. Buscando el bien de sus hermanos (algunas deberían tomar nota) irán por un camino donde el calor no haga tantos estragos, en el caso de salir un Sábado Santo esplendoroso, Dios lo quiera.

Hasta aquí todo normal y lógico, pero la noticia no podía pasar desapercibida para quienes solo viven de la polémica y quieren siempre buscar los tres pies al gato. Se publicaba una foto donde se veía el paso rodeado por poca gente en su transcurrir por la avenida Ramón y Cajal. Algo entendible si pensamos que se dan varias circunstancias: el fuerte calor que hizo el año pasado, que el Sábado Santo ya muchos han cambiado Sevilla por la playa y que al ser una jornada de cinco cofradías los cofrades suelen salir más tarde, debido también al cansancio acumulado durante la semana. Y aunque no hubiese ninguna justificación para tan poca afluencia de público ¿No merece el mayor de los respetos cualquier hermandad de Sevilla?

Esta vez la cosa no se quedó en las redes sociales, sino que algunos medios lo llevaron a sus páginas digitales. Buscando pinchazos, supongo, ponían la foto y un titular tan tergiversado como humillante con la hermandad. Parece que no existe la caridad cristiana que algunos periodistas y columnistas de esos medios proclaman a los cuatro vientos, y de la deontología profesional periodística ya ni hablamos. El sabelotodo criticón sabemos que existe en internet, ese es su medio habitual y ahí es donde se alimenta para seguir sobreviviendo, pero que eso pase a la esfera de lo profesional es bastante más peligroso y deleznable. 

Se habla mucho del anonimato de las cuentas, cuando en realidad lo importante debería ser que dicen las cuentas, pero resulta curioso como, en ciertos periódicos, este tipo de noticias no van firmadas por ningún periodista y ponen aquello tan socorrido de "Redacción", con lo cual al final tenemos profesionales que cuando quieren ser hirientes se esconden como si fueran un tuitero "fake". También parece que los medios oficiales e históricos tienen vía libre para publicar cualquier cosa. En mi opinión es más grave que un periódico, que tiene miles de pinchazos en un día, ponga un titular y unas fotos que dañan la imagen de una hermandad, a que un tuitero haga una mofa en su timeline. Siendo ambas cosas criticables, por supuesto, no se nos debe escapar la repercusión de los hechos de cada uno, incluso que los profesionales de la comunicación deben ejercer una labor no sólo informativa sino también formativa.


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