martes, 29 de abril de 2014

Hablemos de Sevilla sin ojana

La Semana Santa 2014 nos ha dejado dos temas candentes en los debates postsemana que tantos nos gustan a los cofrades. Por un lado el tema de las sillitas de los sevillanos (no diremos chinos porque quienes las compran son los de aquí.....y por tanto a ellos pertenecen) y por otra la suciedad que deja el sevillano a su paso, también esto es otro ejemplo de sevillanía que nos caracteriza no sólo en Semana Santa sino durante todo el año.

Es absolutamente bochornoso ver las calles de Sevilla cualquier día del año, vivimos en una de las ciudades más sucias de España y se que es muy fácil echarle la culpa al ayuntamiento, a la falta de papeleras y hasta al árbitro pero la realidad es que si hay un papel en el suelo el único responsable de ello es la persona que lo ha tirado. No hay que darle más vueltas. Además es falso eso que aquí haya pocas papeleras, por lo menos no hay menos que en otras ciudades de la geografía española y europea que da gusto pasearse por ellas sin ver ni un excremento de perro, ni un paquete de pipas, ni un cigarrillo en el suelo... Si todo esto ocurre durante el año no hay palabras que describan la situación cuando disfrutamos de un fenómeno de masas durante una semana. Ver entrar los Panaderos entre bolsas de plásticos, latas, botellas, cáscaras de pipa, o a las Penas por la calle Villegas con una "alfombra" similar es algo repugnante. Pasar por la carrera oficial cuando las sillas se recogen es de agachar la cabeza y avergonzarse eternamente de tener conciudadanos tan guarros.

El tema de las sillitas define mucho al sevillano y tira por tierra uno de los grandes mitos que sobre esta ciudad existe: El sevillano es solidario. Para nada esto es cierto, o al menos eso pienso yo, al sevillano lo que le gusta mucho es que le aplaudan y es novelero al 100%. Si se organiza una campaña de donación de sangre allá que va para hacerse la foto y que le den la palmadita en la espalda (y un bocata "de gratis") pero cuando de lo que se trata es de ser mínimamente solidarios (más que solidarios diría educados) y dejar pasar a alguien, ahí, amigo, sacamos las garras y o no le dejamos pasar o le ponemos mala cara o le dejamos pasar pero diciendo "Este ya es el último, cierra el paso". Y esto lo hacen las personas con sillitas, con carritos, las que están de pie, las personas jóvenes y las viejas...da igual todo, parece estar metido en el ADN del sevillano que si no hay palmadita, foto o lavado de conciencia no hay solidaridad con nadie. Y eso que en Semana Santa TODOS alguna vez somos los que esperamos una cofradía y otras veces somos los que nos toca pasar por gente que está esperando una cofradía.

Tanto el tema de las sillitas como el de la suciedad delatan mucho a esta ciudad. Si hacemos una metáfora podríamos decir que lo ocurrido esta Semana Santa es reflejo de lo que es la sociedad sevillana el resto del año. El sevillano prefiere la comodidadad de una sillita y el ver pasar las oportunidades ante sus ojos, antes que buscarse un poco la vida; luego se va, dejando una reguero de suciedad y basura (ojana y falsedad) que son los que fluctúan por el ambiente hispalense durante todo el año. Y también sale retratado en la fotografía la cobardía que históricamente hemos tenido aquí. Por esta ciudad han pasado villanos, dictadores e invasores como por el salón de su casa. Poca resistencia hemos ofrecido siempre al que venía a humillarnos. Siempre se ha sido medroso con el poderoso y cruel con el débil. Ahora la moda es criticar las sillitas en las redes sociales pero nadie sale diciendo "Yo soy uno de esos que no deja pasar" y digo yo que por pura estadística tiene que haber gente que incluso critique esto en las redes sociales cuando sabe que lo ha estado haciendo toda la semana. Pero en eso ya entramos en la doble moral de la ciudad y eso da para varios artículos más....

*pdta. Digo sevillanos porque es imposible hablar sin generalizar aunque en realidad me refiero sólo a una parte de la ciudad (una parte grande, eso sí). Afortunadamente aquí también existen muchas personas que son un ejemplo de civismo.


Foto: Blog El Fiscal


4 comentarios:

  1. Me parece muy bien que critiques las calles cuando pasa una cofradía pero en las zonas de las sillas... preguntan cuando repartieron bolsas para los desperdicidios. Y esto fue el martes santo..Además con el mal trato recibido por los niñatos silleros que menos que utilizar lo que pagas como te venga en gana y si tienen que limpiar pues que limpien. Saludos.

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    1. No me parece muy correcto que digamos justificar así tu porquería..

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    2. Cometes varios errores: Por un lado el pensar que pagas por ensuciar, cuando en realidad lo que pagas es por ver un espectáculo que no da derecho a ensuciar. Por otro lado quien limpia es Lipasam (Ayuntamiento) y al que tu le pagas es al Consejo. Si tienes alguna queja con el trato recibido pon una queja pero no conviertas el centro de tu ciudad en un estercolero. Seguro que nadie te lleva al salón de tu casa una bolsa y sin embargo no tiras allí ninguna porquería. Todo es cuestión de educación la cual no se puede comprar con dinero ni fingir con postureo sino sencillamaente se tiene o no se tiene.

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