domingo, 28 de enero de 2018

Un ejemplo a seguir

Quien me conoce, sabe que me gusta ser crítico con lo que considero es susceptible de mejora y encomiasta con quien actúa adecuadamente. No creo en esas personas que por decreto todo lo ven mal o no reconocen que hay cosas que sí se hacen bien. Y al revés, hay muchos que siempre usan la adulación como forma de opinión. Sin crítica, tanto positiva como negativa, no hay evolución. Ni todo es siempre bueno ni todo es siempre malo. Algo que es bastante comprensible, a algunos les cuesta una barbaridad entenderlo.

Hoy nos vamos a centrar en la figura de alguien que sí ha aportado al mundo de las cofradías. Un hermano mayor de los que cada vez se estilan menos en Sevilla. Educado, humilde, que sirve a la hermandad y no se sirve de ella. Me refiero a quien en esta semana dejará su cargo: Pepe Moreno. Todo lo que pueda decir de él es desde la lejanía, ya que no tengo el gusto de conocerlo, pero los cofrades sí hemos visto su forma de actuar, casi siempre elegante y sin estridencias. 

Quizás su bondad haya sido perjudicial para los intereses de la hermandad en alguna ocasión, como por ejemplo en el sempiterno conflicto de la 'Madrugá', donde más de una vez, otros hermanos mayores - menos empáticos y más egoístas - se han aprovechado para hacer prevalecer sus intereses, aunque eso supusiera un perjuicio para una institución a la que hipócritamente llaman hermana. En una corporación que eternamente ha tenido problemas institucionales, se ha visto salpicado por un turbio asunto al final de su mandato, daño colateral de una guerra por el poder entre los que parecen - Dios quiera que me equivoque - no van a seguir la senda de sensatez y humildad de su predecesor. 

En un universo cofrade donde a muchos se les llena la boca con la palabra cristiano, muy pocos, a la hora de la verdad, enarbolan la bandera de lo que debería ser ese concepto: humildad, empatía, generosidad, bondad, altruismo... Es triste que haya que escribir artículos para resaltar las cualidades personales de un hermano mayor, debería ser la forma de actuar normal en un mandatario, pero ya sabemos que no es así. Los déspotas de vara dorada ya los vimos en su día y por desgracia los seguiremos viendo, pero hoy tocaba resaltar a quien lo ha hecho bien, para ver si entre todos conseguimos que esos valores, antes enumerados, vayan cogiendo terreno en la vida de nuestras hermandades.  

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