domingo, 14 de enero de 2018

La ocurrencia del Sábado de Pasión

A veces pasa que en la Semana Santa vuelven temas de manera cíclica, principalmente por modas y porque se esfuman una y otra vez sin que nadie les meta mano. Suelen ser ideas extremas, ocurrencias más bien, como por ejemplo lo de la segunda Madrugá o la ampliación de los días de la Semana Santa. Estos días estamos viviendo un auténtico 'boom' de esa moda que propone pasar el Sábado de Pasión a jornada oficial de la Semana Santa. Empezarían, por tanto, un día antes las estaciones de penitencia a la catedral. Soy el primero que dice que ninguna idea, por loca o imposible que parezca, debe ser rechazada sin ser estudiada previamente. También pienso que lo de ampliar jornadas ya se hizo en el pasado, y aquí estamos, no pasó nada. Si es lo mejor, hágase, pero ¿es la mejor solución que se pueda dar hoy en día? 

Sin duda el problema más evidente que soluciona es que podrían entrar, sin ningún tipo de perjuicios a otros días, las hermandades que tienen solicitado el poder hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral (Pino Montano, La Misión, La Milagrosa y La Corona), así como otras que seguramente en un futuro soliciten hacerlo (San José Obrero, Pasión y Muerte, ¿la nueva agrupación del Santo Ángel? o las que pudieran surgir en una futuro algo más lejano: Rosario de San Jerónimo y Bendición y Esperanza). Dispondríamos de un día más para las hermandades y por tanto ahí solucionamos algunos apartados, pero también crearíamos nuevos problemas. Por ejemplo, tener que ampliar efectivos tanto personales como materiales. Si todas fueran incluidas en un mismo día, serían cofradías de muy largo recorrido, por tanto muchas más horas de servicio en un solo día para los efectivos de seguridad; y si fueran intercaladas con otras jornadas, habría que cambiar a hermandades establecidas en otras jornadas a esta nueva jornada ¿Por qué no?. También a corporaciones como Divino Perdón de Alcosa, Padre Pío o Cautivo de Torreblanca habría que moverlas al Viernes de Dolores, si no queremos que pierdan presencia de cofrades en su día más importante. 

Vemos que la cosa no es tan fácil como hacer una plantilla de horarios poniendo como quedaría el día o escribirlo en un artículo como posibilidad que realmente esté siendo estudiada, algo que parece que no está siendo tratado en estos momentos por nadie del Consejo ni las hermandades, más bien parece autoría, en esta ocasión, de periodistas y blogueros ávidos de temas de debate. Todo esto no quiere decir que estas hermandades no puedan ir a la catedral, más bien al contrario pienso que estas ya deberían haber estado incluidas en la nómina hace años. La Semana Santa debería tener un sistema flexible, donde cualquier hermandad que lo solicitara pudiera entrar al siguiente año, sin esperas eternas y sin promesas incumplidas ¿cuántos de los últimos presidentes del Consejo han accedido al cargo prometiendo a las hermandades de vísperas que 'lo suyo' se iba a estudiar y el informe aún sigue metido en el cajón?

Siempre lo digo, la reforma de la Semana Santa debe ser integral. Debe configurarse un sistema más eficiente y dinámico. La solución definitiva debería constar, con toda seguridad, de otra carrera oficial, así como la modificación de sus horarios de inicio y final, incluso el cambio de jornada de alguna hermandad, insisto, ¿Por qué no? Debe tener otro orden de cofradías más lógico y que nos haga ganar tiempo, una carrera oficial que se recorra en menos tiempo, unos oficios de catedral que ayuden a agilizar todo... Esa nueva Semana Santa debe ya ser estudiada contando con las cuatros hermandades que han solicitado su incorporación, así como tener presentes que otras lo harán en un futuro. Debe tener en cuenta el contexto demográfico, social y económico de nuestro tiempo. No debe buscar soluciones con el pensamiento del XIX, sino utilizar las herramientas y conocimientos del siglo XXI, que es en el que estamos actualmente, por si alguien aún no se había dado cuenta. Mientras nuestra mirada esté difusa y anclada en el tiempo, nuestros problemas serán más severos y se agrandarán con el paso de los años, hasta que nos exploten en la cara y ahí, ya sí, busquemos la solución. Dice Asenjo que litúrgicamente no habría problemas en el tema del Sábado de Pasión, igual que digo siempre que él no se tiene que meter en temas de organización de hermandades e itinerarios, sí es la voz más autorizada para hablar del aspecto litúrgico, aunque en esta ocasión, como vemos, el problema parece más logístico que litúrgico.  


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