domingo, 11 de junio de 2017

¿Por qué no un modelo de ciudad para Sevilla? (II)

Como decíamos en el anterior artículo, la ciudad no sólo debe quedarse en la simple peatonalización de calles, la intermodalidad juega un papel básico en el modelo de ciudad, ahí Sevilla tendría que tener ya consolidada su red de metro, especialmente sabiendo el peso demográfico y socio-económico que tiene la cornisa del Aljarafe y poblaciones como Alcalá de Guadaíra o Dos Hermanas. Lo del metro es caro y no depende exclusivamente del ayuntamiento, el cual tendría que ir avanzando en el sentido de tener mentalidad de los tiempos que vivimos. Las nuevas tecnologías deben ser aplicadas en las comunicaciones tradicionales. Por ejemplo, herramientas como Kutsuplus, que funciona fantástica bien en Helsinki, son perfectamente aplicables en Sevilla, obviamente habría que adaptarla a las necesidades de esta ciudad, pero eso sí podría ser usado y sería un avance con respecto a lo que ahora tenemos. Es sólo un ejemplo, hay miles de cosas que se pueden hacer y la mayoría de ellas encima no tienen ni un coste elevado. 

Hace siglos la basura se tiraba por las ventanas al grito de "¡Agua va!", pero llegó el momento de darse cuenta que eso no era salubre y que había que formar un sistema organizado de recogida de basuras, con sus contenedores y puntos de recogida del servicio municipal de limpieza. Había quien no lo entendía, no creáis, decían que le quitaban su libertad de tirar la basura por la ventana "como se había hecho toda la vida de Dios" y además eso de tener que llevar la basura a un punto concreto era algo más molesto. Afortunadamente las teorías de los negacionistas de la evidencia no triunfaron. Dentro de dos generaciones, tres a lo sumo, no entenderán como se permitía tanto tráfico contaminante en las ciudades y como los centros monumentales no estaban especialmente protegidos. Se reirán de nuestro vetusta red de transportes. En la era de las "smart cities" (en próximos artículos hablaremos de ellas y Sevilla) nosotros nos estancamos en la peatonalización de una calle. Triste, muy triste.

Tener una ciudad medioambiental aceptable y eficiente no es una cuestión de gustos personales o políticas. La contaminación atmosférica mata, hablemos sin tabúes. Eso en el peor de los casos, claro, en el mejor crea importantes problemas respiratorios a gran parte de la población. Los ciudadanos deberíamos ser los primeros en exigir un modelo de ciudad saludable, no sólo por una cuestión de estética, conservación de patrimonio o sociabilidad, que también, sino por nuestra salud, la de nuestros hijos, padres... Cómo explica el arquitecto Francisco Lamiquiz, la cuestión peatonal influye a nivel urbano, social y cultural, especialmente en los países del sur de Europa, ya que es ahí donde se entiende estos aspectos como un estilo de vida. No es sólo el desplazamiento, es la cotidianidad, que es lo mismo que decir la calidad ambiental.

Para finalizar y volviendo al punto de origen de estos dos artículos, existen hechos incontestables que la experiencia de otras ciudades nos dice. Las ciudades peatonales son más seguras. Allí donde hay personas andando durante todas las horas del día los índices de criminalidad y delictivos bajan con respecto a los sitios donde el coche es el protagonista. Los beneficios económicos para comerciantes son más elevados en los centros llamados "ciudad-comercio" y en zonas peatonales, como es muy obvio, la accidentalidad baja hasta situarse en indicadores mínimos. Parece mentira que ni en algo tan evidente podamos llegar a un consenso, que haya quien prefiere destruir su calidad de vida o poner en riesgo su salud y la del resto, antes que no poder llegar hasta las puertas del "Peregil" en coche. Es absurda  y siniestra esa postura, permitidme que os lo diga.

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