domingo, 25 de junio de 2017

No más mentiras, por favor

Desde el Viernes Santo por la mañana estoy convencido que la Semana Santa de 2018 será muy diferente a la Semana Santa de 2017. Me refiero al tema organizativo y logístico. Estoy seguro de ello no porque confíe en el saber analítico de los que tiene que tomar las decisiones, sino porque ellos, quienes tienen que tomar decisiones, pasaron mucho miedo, no por los hechos en sí, que a ninguno de los gestores les cogió cerca, sino por la presión social y las consecuencias que estos hechos les podían acarrear en sus cargos. También temen mucho por su reputación social, de hecho creen vivir de ella. Todo lo que pasó en la famosa Madrugá de 2017 les dejó metido ese miedo en el cuerpo y es por ese miedo por lo que van a salir de su burbuja inmovilista.

Digo cambios y no mejoras, porque aunque es una obviedad no está de más recordar que un cambio puede ser a mejor o a peor, véase como claro cambio a peor el vallado atroz que cada año come más terreno a quien pretende acercarse a las hermandades, además de poner en más riesgo la seguridad de los cofrades. No sé que cambios se producirán, no sé si los que se han dicho serán reales o meras cortinas de humo, ni tampoco sé cuando van a dar a conocer estas medidas. Lo que sí podemos intuir es que nos van a intentar mentir, ¿otra vez? sí, otra vez. El Lunes de Pascua hubo reunión, y allí nos dijeron que antes del verano estaría el plan. Hoy ya es verano y el plan aún no está, primer embuste. También dijeron que iban a esperar para hacer hipótesis y valoraciones, sin embargo desde muy pocos días después "nos la intentaron colar" con esa hipótesis burlesca del efecto dominó. Segundo embuste. Siguen en sus treces, pero ya lo dicen más bajito y con menos ímpetu, porque tienen enfrente a toda la masa de cofrades y hasta un informe de hermandad, como es el caso del famoso dossier del Gran Poder. Por cierto ¿dónde están el resto de informes? 

Y sí, van a cambiar, porque saben que de seguir todo igual no iban a poder continuar ni una Semana Santa más. Van a cambiar, sí, pero si lo hacen sin planificación y dando tumbos ese cambio va a ser a peor. Van a cambiar, sí, porque en el 2000 los responsables institucionales se fueron de rositas, pero por aquel entonces no había ni redes sociales, ni blogs, ni tantos medios cofrades como ahora. En el 2000 era más fácil silenciar el asunto, con callar a los dos o tres periodistas de referencia lo tenían hecho, ahora ya no pueden hacer eso y lo saben. Es más, algunos periodistas han cambiado también su actitud ante la versión oficial a la que se adjuntaron desde el minuto uno, han visto que esta vez los cofrades y algunos bufetes de abogados iban a buscar la verdad y han ido cambiado el sentido de sus artículos durante estos meses.

Deberían saber que no nos vamos a olvidar, que no vamos a permitir ni un año más que su pasividad ponga en riesgo nuestra seguridad. Si no trabajan duro por hacer un plan que aumente la seguridad de cofrades y cortejos no nos vamos a callar ni los cofrades ni las hermandades, ya han visto el informe del Gran Poder. Su obligación es trabajar y organizar de una manera eficiente y segura la Semana Santa, no mentir e intentar torear dando plazos que no cumplen. Tampoco deben mentir en las versiones oficiales, porque nadie se las cree y eso les hace perder crédito. Yo no quiero un plan hoy, lo quiero listo para el Viernes de Dolores, pero ya han mentido y eso me hace pensar que o no han hecho ningún plan, o están dando bandazos y perdiendo el tiempo o lo que es peor, no saben ni por donde empezar. Sé que habrá plan y cambios, mis dudas son si sus medidas harán una Semana Santa 2018 más segura o la harán aún más dantesca, y si ese plan será una nueva improvisación de última hora o algo trabajado durante un año. 

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