domingo, 12 de febrero de 2017

La seguridad del patrimonio cofrade

Esta semana nos llegaban tristes noticias desde Jerez, la Hermandad de la Cena de esa localidad sufría un importante robo de enseres. Algo que por desgracia de vez en cuando pasa en las cofradías, tampoco creo que haya que exagerar diciendo que esto es algo que sucede a diario, no es así afortunadamente, pero sí se deberían prevenir estas situaciones. Los robos es un hecho que afecta directa o indirectamente a varios puntos que hoy me gustaría tratar. Aunque esta vez haya sido en Jerez, otras veces ha sido en Sevilla, y seguramente, por desgracia, si no se toman medidas volverá a pasar aquí, más pronto que tarde.

Una de las medidas más eficaz que se podría tomar es la creación de un museo o centro de interpretación cofrade. A él se trasladaría gran parte del patrimonio de las hermandades, el cual estaría mucho más vigilado y conservado, ya que hablar de hacer un museo no sólo es hablar del apartado meramente de la muestra, es el de tener unas mejores instalaciones y condiciones para la conservación del mismo. Algunas puertas de almacenes, que tiene dentro elementos de oro y plata, no resisten ni una patada en el sitio justo y con una potencia mediana. Eso le asombraría a cualquiera ajeno a este mundo, aquí lo hemos tomado como algo normal. Del museo ya he hablado más veces por aquí, bien gestionado es una fuente de riqueza para las hermandades y en este caso que hoy nos atañe también lo es de protección de su patrimonio.

Otro tema que se debería cambiar es el del voluntarismo en las hermandades, y el de que cualquiera pueda tener acceso a los lugares de las hermandades, donde se guardan elementos de tanto valor. Muchos de estos robos vienen de personas de la propia hermandad, y aquí hay un amplio abanico de posibilidades que hace que la corporación pierda patrimonio: Rencillas, necesidades económicas, avaricia...No es normal que en algunas hermandades casi todo los miembros de la Junta tengan llave de las dependencias, es incontrolable saber quien entra y quien sale, o quien hace una copia de la llave. Deberían fijarse puestos, que fueran fijos en la hermandad, y que no dependieran del cambio de Junta cada cuatro años. Ellos serían los encargado de abrir y cerrar las puertas del almacén, de llevar el control (fiscalizados por la Junta, eso sí) de a qué hermandad se le prestan enseres y en qué condiciones se prestan, profesionales que sepan tratar el patrimonio de la hermandad y cuidarlo. En la situación actual puede venir el prioste de turno, que no tiene ni idea de conservación patrimonial y hacer verdaderas atrocidades. No es lógico eso y es habitual porque lo tenemos asumido por tradición, pero repito, no es lógico.

Dicen algunas hermandades y algunos párrocos que las iglesias no pueden abrir más tiempo porque no habría seguridad. Si partimos que la mayoría de esos robos suelen ocurrir de noche, cuando almacenes e iglesias están cerrados, ya esa explicación no tendría mucho sentido, pero ¿Por qué no contratar personal de seguridad y abrir más horas las iglesias? Por ejemplo, con personal de seguridad hay menos probabilidad que los dos altercados que ha sufrió el Gran Poder en estos años lleguen a mayores. Parte de la obra social de la hermandades debería ir destinada a la creación de puestos de trabajos. Además, volvemos a lo mismo, con inmovilismo y haciendo lo de siempre, las hermandades están cerrando la puerta a esa fuente de riqueza, que es tener una iglesia abierta. Merece un artículo aparte, pero son muchas las ideas imaginativas que se pueden hacer para generar más dinero. Lo que está claro es que con iglesias cerradas ni se crean los puestos de trabajo, ni el patrimonio está mejor protegido, ni el feligrés está completo espiritualmente. 

En resumen, que quizás no sólo se deba tomar una medida, quizás haya que hacer varias para salvaguardar el rico patrimonio que poseemos, tenemos la opción de llorar cada cierto la perdida del mismo, ya sea por robos o por agresiones, o tenemos la oportunidad de plantear este tema en serio y poner medidas ¿Qué harán los responsables de tomar la decisión?


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