domingo, 7 de febrero de 2016

Jornadas sin solución

En los días posteriores a la última Semana Santa todos vimos nazarenos de la Hiniesta pasando de a uno por la "Plaza del Pan". Se decía que esto era un problema que venía dado por meter tres cofradías seguidas en un sitio tan concurrido como es la Cuesta del Rosario. También supimos de los problemas acontecidos en esa zona el Martes Santo, o como el transcurrir de Santa Cruz por la puerta del Palacio Arzobispal pudo traernos un susto grande. Del Miércoles Santo para que hablar, lleva años con un parche que le pusieron de manera temporal y ahí sigue. Lunes Santo es otro día cogido con pinzas y donde algunas cofradías, como el Museo, pagan muy caro el tener una jornada mal planificada o en el 2015 pudimos ver a un paso aislado en plena Carrera Oficial.

En esos días todos, incluso hermanos mayores y miembros del Consejo, decían lo de todo los años: "Hay que buscar una solución". Luego llegaron los rebujitos de la Feria, el vamos a hacer el camino del Rocío, el ya es Corpus, ahora no que estamos en verano y en Septiembre empezaron a desaparecer esos problemas y parecía que sólo había uno: la Madrugá. De golpe y porrazo no habíamos visto nazarenos de la Hiniesta pasar a empujones, la Alfalfa en un Martes Santo es un isla paradisíaca, no habíamos visto, tampoco, al cristo de Las Penas solo en los Palcos. Como diría el mentalista Anthony Blake: "No le den más vueltas, todo lo que vieron fue producto de su imaginación"

Que existen problemas casi todos los días es algo palpable, que de nuevo este año sólo se ha tratado una de las jornadas de la Semana Santa también es algo que no se puede rebatir. Han afrontado sólo un problema y no han sabido arreglarlo, porque llamar solución a esa tremenda chapuza es como llamar músico a Paquirrín, sí, al chiquillo le publican discos pero llamar a eso música... pues esto es igual, sí, cronogramas hay hechos, pero llamar a eso solución definitiva... La Madrugá no se ha arreglado, pero es que lo de los demás días es si cabe aún más grave, porque ni se han intentado arreglar. 

Y la base de todo, en mi opinión, es que la Semana Santa necesita una reorganización de la Carrera Oficial. Durante siglos han sido varios los cambios producidos en el tramo oficial, todos esos cambios han venido porque las circunstancias así lo exigían. La configuración de esta Carrera viene de hace un siglo, cuando ni el número de hermandades ni de nazarenos era el de ahora, y donde  la procedencia de la mayoría de cofradías era diferente. Yo veo mucho menos problemático el cambiar una Carrera Oficial que se ajuste mejor a la realidad del Siglo XXI, que el intentar ajustar horarios e itinerarios a este vetusto recorrido, pero si a los miembros del Consejo y hermanos mayores les da miedo hacer un cambio tan sustancial, al menos se deberían sentar y conseguir horarios e itinerarios más ajustados de los que tenemos ahora.


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