domingo, 14 de febrero de 2016

Cultos sin barreras

La periodicidad de nuestros Fiestas hace que los debates sean cíclicos también. Llegando este tiempo se multiplican exponencialmente los cultos tanto internos como externos de nuestras hermandades y con ello aparecen, año tras año, los mismos debates. Los externos suelen ser menos innovadores y por eso levantan menos "pasiones", críticas y tertulias que los cultos internos. Los internos sí suelen cambiarse más, y eso da pie a que muchos saquen su "magisterio" a paseo. Estamos viendo besamanos que incluyen figuras del misterio, como por ejemplo el caso de Montesión, o Quinarios que optan por esta opción también, como ha sido la elección en la Carretería. Sabemos del grado de ranciedad de esta ciudad, y como muchos equivocan lo sobrio con lo espiritual y viceversa. 

También es verdad que hay quien hace cánones universales a partir de sus gustos personales, yo puedo decir que el besamanos de Nuestro Señor Orando en el Huerto me gustó y el altar de Quinario del Santísimo Cristo de la Salud también me gustó, aunque creo que sería mejor poner ese tipo de altares en templos más amplios. Es sólo una opinión de gustos lo que hago. Hay tuiteros que se atreven a dar cátedras de liturgia a directores espirituales y le corrigen supuestos defectos. No dudo que estos tuiteros, que no han tenido ni un día de formación en un seminario, saben más de liturgia que el mismísimo Papa de Roma. Por un momento se me había olvidado que estamos en la ciudad de los catedráticos del todo. 

Si digo la verdad, a mí me parecen superfluas estas disputas y enfrentamientos entre detractores y defensores de un estilo de hacer cultos. Lo que sí me parece que debería ser tema de debate es la accesibilidad que los besamanos y besapiés deben de tener para personas con discapacidad física. Realmente este tema levanta muchos menos criticas entre los catedráticos de liturgia y arte pero, en mi opinión, es mucho más necesario y productivo. Nuestras hermandades deben de ajustarse a los tiempos y al igual que la ciudad es cada vez más accesible (aunque hay que mejorar todavía muchísimo), también los cultos deben de convertirse en sitios sin barreras. El Valle es un ejemplo en este sentido desde hace algún tiempo.

Quizás debamos perder menos fuerza en hablar si está bien o no la custodia vacía en un altar de cultos, si poner más o menos apóstoles en una besamanos es lo más apropiado o si el corcho debería estar prohibido. Quizás, digo sólo quizás, el debate no debe ser esa superficialidad y sí el presionar a las hermandades para que cualquier hermano o devoto pueda tener las mismas facilidades, ya vaya en silla de ruedas, con bastón o con algún impedimento físico. Quizás, digo sólo quizás, la mejor de las liturgias sería no alejar a esa persona de la imagen a la que reza, desde la distancia, todos los días. Quizás, digo sólo quizás, es mucho más importante que todos puedan llegar al pie o mano de una Virgen o Cristo y no es tan transcendental cuantas velas componen el altar o cuantas figuras componen el mismo. Y claro, es más llamativo todo cuando en realidad una cosa no tiene relación con la otra. Se pueden confeccionar besamanos/besapiés muy estéticos, que a la vez cumplan las normas litúrgicas y que no contengan ninguna barrera.


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