domingo, 22 de febrero de 2015

El Via Crucis cofrade

Tiempo de Cuaresma, de abstinencia, reflexión y bacalao los viernes. Tiempo para que cada uno mire en su interior sí de verdad ayuda para hacer un mundo mejor o ese "trabajo" lo deja para los demás. Hoy, aprovechando este tiempo, vamos a ver el Via Crucis que muchos cofrades pasamos durante todo el año y que en esta época se acentúa. Vamos a ver como utilizando de excusa las estaciones del Via Crucis de Juan Pablo II podemos hacer una análisis de ciertos aspectos del mundo cofrade.

Primera Estación: Jesús en el huerto de los Olivos. Vamos a suponer que el huerto de los olivos son las redes sociales y como en ella dormitan muchos cofrades mientras se ataca injustamente a la Semana Santa. Como a veces nos escandalizamos por nimiedades y nosotros mismo prendemos las antorchas del odio.

Segunda Estación: Jesús, traicionado por Judas, es arrestado. Los Judas está claro quienes son. Esos ultras cofrades que desde dentro se encargan de destrozar todo lo que no suene a ellos. Sanedritas de lo homogéneo  que no logran entender que en la diversidad está la grandeza de la Semana Santa

Tercera Estación: Jesús es condenado por el Sanedrín. No hace falta que yo explique aquí como estos rancios sanedritas condenan a todo el mundo, ya sea en la barra de un bar o en el teclado de un ordenador. 

Cuarta Estación: Jesús es negado por Pedro. Niegan más de tres veces, quienes no entienden que ir con el izquierdo por delante, al son de una corneta o presentarse ante una hermandad es también otra forma de rezar. 

Quinta Estación: Jesús es condenado a muerte por Pilato. ¿Ponemos nombre y apellidos al Pilato? Mejor no, que cada uno piense en cual puede ser ese Sumo Pontífice que se recrea ante su masa sanedrita y escribe o dice los artículos que a esta le gusta escuchar.

Sexta Estación: Jesús es flagelado y coronado de espinas. Algunos utilizan ese moderno flagelo que es un tuit para descargar toda la ira que esconden dentro.  

Séptima Estación: Jesús carga la cruz. Ciertas personas cargan con la pesada cruz de la ignorancia. Esa que en la que más que ser su penitencia, es su recreo y donde, sobre todo en temas del "esto antes no era así" , quedan muy en evidencia.

Octava Estación: Jesús es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz. No todo es negativo, dentro de ese monte de los olivos también existen muchas personas que aportan mucho a este mundo...Son esos Cirineos que nos ayudan a saber cada día más.

Novena Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén. ¡Cuidado con quien te consuele en este mundo! Algunos llevan el puñal en la mano para clavarlo una vez que te pasen la mano por el hombro para consolarte.

Décima Estación: Jesús es crucificado. El moderno rancio crucifica a las asociaciones religiosas civiles, a las bandas que innovan un poco en su repertorio, a las hermandades de capa o a las que están a más de 1 kilómetro de la venera...en resumen, el moderno rancio crucifica a todo el mundo cofrade que no es él.

Undécima Estación: Jesús promete su reino al buen ladrón. Vemos en esta estación el mundo electoral cofrade, dónde algunos prometen un reino con tal de conseguir un voto y llegar a su "carguito"

Duodécima Estación: Jesús en cruz, su madre y el discípulo. Algunos pueden ver a su maestro crucificado, mientras se frotan las manos porque ellos van a pasar a ser el nuevo mesías. Pasó en el pasado cuando Adolfo Arenas dimitió y su discípulo Bourrelier tomó el relevo. ¿Estará pasando ahora algo parecido?.Dentro del seno de las hermandades es algo que también pasa habitualmente. 

Decimotercera Estación: Jesús muere en la cruz. Es la estación que muchos querrían ver y que algunos incluso pregonan. Seis siglos llevan matando a la Semana Santa y, sin embargo, cada día está más viva. 

Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado. Ni muerta, ni enterrada, nuestra Semana Santa vive uno de los momentos más fuertes de su historia, a pesar de todo este Via Crucis que vivimos. ¿Qué sería de ella si todos remáramos en la misma dirección?

Decimoquinta Estación: Jesús resucita de entre los muertos. Permitidme que esta estación sea muy particular mía y una de esas batallas que mantengo hace tiempo (creo que todos tenemos esas pequeñas batallas cofrades de "cositas" sin importancia que dan coraje). ¡Qué cruz quienes dicen que el broche de oro de la Semana Santa es la Soledad de San Lorenzo! Amig@s, sin esta estación nada tiene sentido, el único y verdadero broche de oro es el que pone el palio de la Aurora en Santa Marina, cada Domingo de Resurrección, a los sones de "Amargura".











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