lunes, 1 de septiembre de 2014

El cartel del Mundial

La semana pasada la Federación de Baloncesto hacía públicos los carteles que anuncian el Mundial de baloncesto en Sevilla. En uno de ellos se veía a dos niños entrando en la Basílica de la Macarena y la Esperanza de fondo. Tenemos un gran evento en Sevilla como es el mundial de baloncesto y un cartel donde sale uno de los iconos de esta ciudad. Supuestamente para los cofrades (incluso para los sevillanos en general) deberían ser dos buenas noticias pero hubo muchas críticas al respecto y de nuevo el querer refugiarse en las falsas trincheras de la ranciedad.

En esta ciudad tenemos muchos problemas, uno de los principales, en mi humilde opinión, es el de ese grupo de personas que se atrincheran en un lado y empiezan a tirar piedras contra su propio tejado. No entiendo que alguien pueda llegar al insulto o al menosprecio a un hermandad y a una imagen y se autoproclame cofrade. Puedo llegar a entender que a los sevillanos no cofrades les parezca mejor coger otro símbolo (recordemos que también hay carteles con la Plaza de España o el Puente de Triana), eso lo podemos hasta debatir y seguramente todas las posturas tendrían defensa, pero que en el mundo cofrade haya un "lobby" que siempre por decreto critique cualquier cosa relacionada con la Semana Santa es lo que yo digo tener el enemigo en tu propia casa.

Da la casualidad que uno se da una vuelta por las redes sociales o escucha hablar en los bares y son las mismas personas las que critican el cartel, que las que en su época critican a las asociaciones cofrades o los que critican las salidas extraordinarias. Casualmente los argumentos de ese lobby que comento y los más acérrimos anticofrades son los mismos: "todo el día pasos en la calle", "jugar a los pasitos", "en esta ciudad no hay otra cosa que no sea Semana Santa"..... 

La raíz de todo, a mi modesto entender, viene porque hay una parte de la población (cofrade y anticofrade) que no entiende las diferencias entre tradición/costumbre y ser antiguo o quedarse anquilosado. Por ejemplo casi todos estaríamos de acuerdo que si señalamos 4 ciudades cosmopolitas en el mundo nos vienen a la cabeza Londres, Paris, Nueva York y Tokyo. Sin embargo estas grandes urbes mundiales entienden a la perfección lo que es mantener la tradición. Por ejemplo, en París o Nueva York, en cuestiones patrimoniales, son bastantes más conservadores de lo que somos aquí. En Londres no intentes cambiar una cabina o el color de un taxi, por no hablar del cambio de guardia de la Reina. Y en Japón hay algo por encima de la tecnología y es el saber mantener sus costumbres ancestrales. El mantener tradiciones de siglos les hace ser únicos en el mundo, sin ello perjudicar a su carácter cosmopolita y a su evolución de ciudad. 

Tenemos que entender que todo lo que rodea a nuestra Semana Santa es nuestro patrimonio, que a día de hoy es nuestro mejor reclamo y la manera más fácil y eficiente que tenemos de prosperar. Como en esta ciudad hay que andarse con cuatro ojos, no quiero que se mal interpreten mis palabras y alguien piense que sólo quiero Semana Santa en mi ciudad, evidentemente tenemos que avanzar muchísimo en aspectos culturales, científicos e industriales pero ese avance no tiene porque ser en detrimento del mundo cofrade. No me imagino a un sevillano apasionado de los rascacielos criticando un cartel donde se utilice a la Pelli como reclamo de la ciudad, sin embargo un sector de supuestos cofrades critican que el reclamo sea la Esperanza Macarena.




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