martes, 26 de noviembre de 2013

La Fe cofrade

Ya se acabó el Año de la Fe que en la Urbe Cristiana inició Benedicto XVI y clausuró el pasado fin de semana Francisco. En Sevilla podemos decir que nunca se llegó a inaugurar y que sólo se clausuró por la vía del carpetazo casi desde el principio. Asenjo nunca creyó que podía hacer de este año algo especial en Sevilla y se limitó a intentar copiar lo que sus "jefes" habían hecho en Madrid un año antes y a una extraordinaria de la patrona de la Archidiócesis que tuvo más sombras que luces.

En prácticamente la totalidad de Andalucía y parte de España se han hecho actos contando con las hermandades y se han vivido momentos que quedarán guardados en la retina de los ciudadanos y narrados en los libros de historia cofrade de la zona. En Málaga vivieron momentos estelares con el Mater Dei, que no sólo consistía en la Magna sino también en diversos Besamanos extraordinarios, Jerez exhibió Fe y un fantástico patrimonio el día de la Magna Mariana, Córdoba vivió grandes momentos hace apenas dos meses, Cádiz y su Rosario también fueron ejemplo de saber hacer y así podíamos seguir nombrando a Mérida, Jaén e incluso pueblos como Archidona o Utrera que en la medida de sus posibilidades han sabido gestionar este año como lo que debería ser, extraordinario, y no como un juego al servicio de Palacio. 

Dos Obispos no entendieron eso, uno fue Asenjo, otro Vilaplana (Huelva), fueron los que tuvieron peor suerte, bien es cierto, porque el día de sus Magnas llovió pero ese desgraciado incidente mostró, en ambos casos la fragilidad con la que habían nacido los eventos. No se había creído en ellos desde un inicio y se habían hecho más mirando a Madrid que a la idiosincrasia propia del mundo cofrade andaluz, donde, de siempre, las cosas mejor organizadas han sido cuando el poder absoluto lo han tenido las hermandades y no las autoridades eclesiásticas. Ni Vilaplana ni Asenjo tuvieron FE en estos actos y  eso bien que lo sufrieron las hermandades y los ciudadanos.

El mundo cofrade sevillano se está quedando estancando, está aumentando esa dañina corriente inmovislista que provoca que otras ciudades estén adelantando a Sevilla por la izquierda. La oportunidad perdida ha sido histórica pero no debemos pararnos aquí y lo que se debería hacer es levantarnos de esta caída y seguir adelante, sin miedos y sin inmovilismo, con la cabeza recta y mirando hacia adelante, a ver si así recuperamos no sólo esa hegemonía cofrade sino también una hegemonía cultural, social y económica. Si quieren hacer algo extraordinario que luzca de verdad, no miren a Asenjo, miren a la Juntas de Las Cigarreras y Los Gitanos, ya saben, miren a los cofrades. 





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