domingo, 9 de febrero de 2020

Ni suciedad ni túnicas lisas, por favor

El viernes por la noche me llegaba vía Whatsapp una de esos pantallazos a los que hay que responder de manera inmediata con el emoji de la mano en la cara. Un cofrade expresaba en sus redes sociales que a la Virgen de la Amargura "le sentaba la suciedad como anillo al dedo". Rechina verlo escrito tan a las claras, pero en el fondo significa lo mismo que cuando se usa el eufemismo "mi moreno" o "mi morena" en imágenes que el autor concibió con tonalidad blanquecina, y lo que hoy vemos es suciedad. 

Como cualquier aspecto de la Semana Santa, el debate lo podemos llevar desde lo general hasta lo más particular y profundo. El tema de las restauraciones o el de las iconografías están dentro de ese campo amplio que es el Arte, tan vinculado a la Semana Santa. Tanto que - por razones obvias - es uno de los grandes pilares de la misma. Al igual que la restauración de María Santísima de la Amargura, estos días está siendo noticia la Hermandad del Gran Poder. Hace unos días conocimos el cartel que Carmen Laffon ha pintado para anunciar el IV centenario de la hechura del Señor del Gran Poder. Personalmente me dejó muy frío. Esperaba mucho más de una las mejores pintoras que ha dado esta ciudad, en mi opinión. Pero el problema, más allá del gusto personal, es lo que viene detrás. La hermandad, obviando su importante labor tanto artística como religiosa, lleva una semana lanzando un mensaje vacío de contenido y con loas a la incorrecta iconografía de la túnica lisa. La artista puede representar al Señor como su libertad creativa le dé a entender, pero la hermandad no puede aprovechar eso para lanzar mensajes que son erróneos y confunden a sus seguidores.

Puedo entender que a alguien le guste más ver al Señor del Gran Poder o al de los Gitanos con la túnica lisa. Al igual que puedo hacer el esfuerzo de entender al cofrade que le gusta más una imagen con la tez "morena", aunque en realidad sea suciedad. Eso es parte del mundo de los gustos, tan amplio como personas hay en la Tierra, pero lo que no concibo es que las corporaciones no sólo eludan su labor divulgativa y formativa, sino que hasta la hagan en sentido contrario al correcto. Considero errores gravísimos cuando hermanos mayores dicen que no quieren restaurar a sus titulares "para que no pierdan el moreno" o cuando las cuentas oficiales de Twitter dicen que la iconografía correcta es la túnica sin bordados. 




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