Durante las semanas navideñas hemos conocido que por fin los
abonados de la carrera oficial van a tener que pagar el IVA. Si lo miramos con
una óptica neutral, no cabe duda que esta medida llega tarde y es
evidente que las personas que quieran disfrutar ese privilegio tienen que
colaborar con el resto de la sociedad, como hace cualquier ciudadano. Porque
aunque da hasta grima bajar la argumentación hasta lo más básico, hay que
aclarar que tener un silla en la carrera oficial no es una necesidad básica de
las personas, aunque algunos en su "postureotitis terminal" no
concebirían su Semana Santa sin ella. Se puede vivir sin tener silla, créanme.
En su línea habitual de difamación y desinformación, la prensa
morada y casposa organizó una cacería contra un "señor de Murcia".
Articulistas, redactores jefes, noticias tendenciosas y manipuladas... toda la
artillería para ir contra la Agrupación de Cofradías de Murcia, a la cual
responsabilizaban del hecho. Hasta el punto que éstos sacaron un comunicado,
donde aclaraban que nada tenían que ver y se guardaban el derecho de ir a los
tribunales por las calumnias recibidas. Esta prensa, autoproclamada
profesional, pero que de eso tienen poco, es la que más ha ayudado a calentar
el asunto, buscando - una vez más - su tajada política. Una de las mentiras más
gordas que intentaban "colar" es que era una medida que repercutiría
en nuestras hermandades, cuando eso es falso. El IVA lo pagan única y
exclusivamente la persona que por voluntad propia decide tener un privilegio. Punto.
Ni un céntimo es pagado ni por hermandades ni por el Consejo. Tanto esa prensa
como parte del mundo cofrade están acostumbrados a usar a las corporaciones
para sus batallas personales, ésto sólo es un ejemplo más.
Lo recaudado por el impuesto del IVA se divide al 50 por
ciento entre Estado y comunidad autónoma. Con él, por ejemplo, se pagan los
salarios de los policías que velan por la seguridad en la Semana Santa o los
sanitarios que prestan servicios extraordinarios durante la semana. También sirve
para las subvenciones que reciben algunos museos cofrades o las ayudas para
restauraciones patrimoniales - incluido restauraciones de templos - que reciben
las hermandades. Por poner sólo algunos ejemplos básicos de como las
hermandades no sólo es que no pierdan ni un céntimo con esta media, sino que
reciben dividendos directa e indirectamente.
En torno al mundo cofrade hay muchas ilegalidades que todos
sabemos, pero que cuando alguien las dice, los demás silban y miran a las copas
de los árboles. Es mejor hacerse el sueco que tener que explicar, con la ley en
la mano, como es la gestión de algunos asuntos, especialmente en la carrera
oficial. Lo del IVA era uno de esos asuntos, suerte han tenido que no apliquen
un carácter retroactivo. Quizás en un futuro cercano empiecen a saltar otros
asuntos que están ahí, que todos saben, pero nadie ataja. Quizás el aplicar por
completo la legalidad en la carrera oficial sea el camino para solucionar
tantos y tantos problemas que nos origina a todos los cofrades.
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