domingo, 22 de septiembre de 2019

Córdoba, ejemplo a seguir

Esta semana la ciudad de Córdoba está disfrutando de un nuevo evento cofrade. No sólo se queda en los traslados y viacrucis de los fines de semana, sino que incluye una exposición magna en la mezquita-catedral. Sin duda, la ciudad califal lleva años dando ejemplo de como entender la religiosidad popular y el mundo cofrade en el siglo XXI. Al igual que pasa en otras capitales andaluzas como Málaga, Cádiz, Huelva, Granada o Jerez.

Las cofradías a lo largo de su historia han sabido interpretar de manera perfecta el contexto en el que les tocaba vivir. En la segunda mitad del siglo XVI y durante el XVII Sevilla sufre un "boom" al amparo del Concilio de Trento. Surgen hermandades, procesiones y las estaciones de penitencia a la catedral en 1604. Empieza a gestarse la Semana Santa tal y como la conocemos hoy en día (o algo parecido). No quiere decir que antes no hubiera ni eventos magnos ni procesiones, que los hay desde que el mismo rey san Fernando sacara en procesión extraordinaria a la Virgen de los Reyes. Cuando hay épocas de crisis, la tónica habitual ha sido o desaparecer o sobrevivir como se podía. No quedaba otra.

Otro tiempo álgido es con la llegada de los duques de Montpensier a Sevilla. Reactivan las cofradías y el modelo. Surgen eventos que hoy perduran, como el Santo Entierro Magno. Además, empieza a surgir un término que ya nunca dejará al mundo cofrade y que hoy en día está más de moda que nunca: el turismo. En el siglo XX viene la dictadura de Franco y su estética nacional-catolicista. De nuevo, vuelven a surgir muchas hermandades vinculadas a esta idea. La moda del momento o el contexto es el que marca el camino del mundo cofrade.

De todo esto a nosotros nos ha llegado el legado, y eso ha pasado por saber adecuarse a los tiempos Es muy importante entender que la tradición es lo que sabe cambiar y adaptarse a las nuevas eras, porque lo que se mantiene rígido y rutinario tiende a desaparecer. Córdoba esta semana aprovecha para hacer procesiones magnas, exposiciones, celebración de efemérides, dar a conocer el patrimonio artístico y devocional de la provincia. Porque la archidiocésis hay que entenderla como lo que es, la provincia. Es perjudicial para todos que nos rasquemos continuamente la gangrena del ombligo capitalino.

Vivir en la rutina de los mismos besamanos, viacrucis, procesiones... acaba matando la tradición. No puede ser que haya personas a las que les molesten los viacrucis, los Rosarios, las Cruces de Mayo, las procesiones magnas, las de las asociaciones civiles, la Semana Santa (porque ahora se le da más importancia al costalero y a la música, dicen), las Glorias... En resumen, si os fijáis, lo que siempre les molesta es una imagen en la calle. Ante eso, me pregunto si se les puede llamar cofrades, pues a las cofradías siempre le ponen pegas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario