domingo, 7 de octubre de 2018

La cultura en blanco

El pasado viernes se celebró la ya tradicional, por estas fechas, "Noche en blanco", la cual consiste en una serie de actividades culturales y apertura de la mayoría de edificios y monumentos turísticos. La lista de eventos crece cada año. Es un producto de marketing perfecto, pero deja detrás un trasfondo triste, Sevilla está muy lejos de ser una de las grandes ciudades de España en cuanto a cultura se refiere. 

Como digo, lo del viernes no es más que un producto de marketing, promocionado muy bien por instituciones y medios de la ciudad. Sirve principalmente para que muchos de los sitios que el viernes tuvieron unas colas larguísimas, el resto del año no sean visitados por casi ningún sevillano. De hecho, muchos ciudadanos creen incluso que los monumentos solo abren ese día. La mercadotecnia de la cultura efímera ha funcionado. Dos o tres selfis para las redes sociales, al día siguiente toda la prensa local hablando de éxito y hasta el año que viene. 

Deberíamos tener la capacidad de crear una red cultural durante los 365 días del año. Una verdadera industria de la cultura. Tiene todo para poder ser puntera en este ámbito, pero le falta lo más importante, una verdadera mentalidad de cultura. Si en Sevilla dices que vas a poner un bar, todos te dirán: "haces bien, eso es un negocio seguro"; si le comentas que vas a poner una galería de arte o un teatro, te mirarán raro y te dirán: "ojalá tengas suerte, pero no lo veo claro". 

Muchas veces no se trata ni siquiera de abrir nuevos espacios, lo más triste es que, por ejemplo, los mejores museos históricos-artísticos de la ciudad son sus iglesias y conventos. Sevilla los tiene cerrados la mayor parte del tiempo. ¿Para qué sirve una iglesia cerrada? Ni la instituciones públicas quieren tejer esa red ni el ciudadano cree en ella, no le interesa a nadie, la pereza vuelve a ganar, mucho mejor el postureo de una noche y el resto del año pasarlo en el bar. 

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