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Orígenes
Fundado
por el rey San Fernando después de la Reconquista de 1248. Ocupaba
una gran extensión. Actualmente conservamos la parroquia de la
Magdalena (antigua iglesia conventual) y la capilla de Montserrat.
Alrededor de 1625 era el convento más poblado de la orden, junto a
su homónimo de Córdoba eran los dos cenobios más importantes en la
provincia de Andalucía. El padre Labat, un dominico francés que
estuvo en Sevilla, dejó escrito “Yo
diría que más que un convento, San Pablo es una ciudad, por
capitalidad, por rectoría y por número de frailes”.
Lo que hoy conocemos es una obra de finales del XVII y principios del
XVIII. La desamortización de 1835 eliminó a la Orden de los
Dominicos de este lugar, que pasó a ser dependencia institucional
del estado. Un incendio en 1906 provocó que se perdiera gran parte
del convento. Tuvo un papel destacado en la evangelización de
América y Filipinas, ya que aquí se establecían los futuros
misioneros dominicos antes de hacer el viaje, como por ejemplo Fray
Bartolomé de las Casas. También fue sede de las primeras cárceles
de la Inquisición y se celebraron numerosos autos del Santo
Tribunal. De este pasado tenemos vestigios visibles en la actual
parroquia, como por ejemplo los candelabros que flanquean la imagen
de Santa María Magdalena, la cúpula de la entrada o pinturas que
representan los autos.
Antiguo
convento de San Pablo
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Hermandad de la Virgen del Rosario
En la segunda mitad del XVI cobró auge la devoción
del Rosario, especialmente a raíz de la victoria en la batalla de
Lepanto (1571). Está advocación estaba muy arraigada en las
hermandades vinculadas a la Orden de los Predicadores. En Sevilla
estaba la primitiva hermandad del Rosario en el convento de San
Pablo, erigida desde finales del siglo XV. Esta hermandad sostuvo un
largo pleito con la de Montesión y la “de los negros” de Triana,
ya que solo las hermandades dominicas podían tener esta advocación,
y además no podía haber más de una en cada ciudad. El 27 de agosto
de 1587 el provisor del arzobispado, Íñigo de Leziñana, dictó
sentencia favorable hacia esta corporación y desde ese momento solo
podía usar el título del Rosario la imagen residente en el convento
de San Pablo, mientras que la de Montesión se denominará “Misterios
Dolorosos”. Fue en el siglo siguiente cuando desapareció el
monopolio dominicano y Montesión pudo usar la advocación del
Rosario. La Hermandad del Rosario ocupó originariamente una de las
capillas de la iglesia conventual, pero pronto obtuvieron permiso
para labrar una capilla contigua al templo (hoy en día capilla
sacramental). Estuvo fusionada con Montserrat, pero debido a diversas
divergencias terminó languideciendo a partir de 1941. El único
hermano que permanecía en la corporación la revitalizó en 2006,
volviendo a fusionarse con Montserrat, siendo hoy titular de esta
corporación.
Virgen del Rosario. Foto: Arte Sacro
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Hermandad de la Antigua y Siete Dolores
Otra hermandad importante, que estuvo vinculada al
convento, fue la de la Virgen de la Antigua y Siete Dolores. Llegó a
este cenobio en 1568, procedente del cercano Hospital de San
Gregorio, y permaneció en el mismo hasta su extinción a finales del
XIX. Importante corporación cuya fortaleza radicaba en el alto
número de nobles en su nómina de hermanos. El titular cristífero
era Nuestro Padre Jesús de la Salud, actual titular de La
Candelaria. La Virgen titular se conserva hoy en día en la parroquia
de la Magdalena, tenía una enorme devoción en la Sevilla del XVII y
XVIII, siendo habitual que presidiera procesiones de rogativas de
lluvias o incluso por la Guerra de Sucesión. Del palio en el que
procesionaba esta imagen nos ha llegado hasta nuestros días sus
bambalinas, que las podemos ver cada Jueves Santo en la Hermandad del
Valle. En los años 20 del pasado siglo XX salió excepcionalmente a
los pies del Santísimo Cristo de las Misericordias de la Hermandad
de Santa Cruz. Su capilla era la actual sede la Hermandad de
Montserrat.
Nuestra
Señora de la Antigua y Siete Dolores. Foro: La Hornacina
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Hermandad de Montserrat
En 1650 la comunidad del Real Convento de San Pablo
otorga, a la hermandad de Montserrat, escritura de cesión de un
solar situado en el compás. Es ahí donde edifica la nueva capilla,
la cual se concluyó en el año 1656, después de un pleito con el
clero de la parroquia de San Ildefonso. La cofradía adquirió auge a
mediados del siglo XVII, al trasladarse a San Pablo. Comenzaron a
ingresar en ella los mercaderes de lienzos, sosteniendo el culto y
gastos de la hermandad. El 10 de septiembre de 1867 se fusiona con la
hermandad del mismo convento, de Nuestra Señora del Rosario,
primitiva hermandad del Rosario de Sevilla que estaba pasando una
etapa de decadencia. En 1939 se trasladó a su actual capilla,
situada a escasos metros de la anterior, en el mismo ex-compás del
convento de San Pablo.
Actual
Capilla de Montserrat. Foto: Blog Indaliano y Olé
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Otras hermandades que tuvieron relación con el convento
Según relata el abad Gordillo, la Hermandad del Santo
Entierro realizaba una ceremonia en la noche del Jueves Santo. En un
collado cercano se hacía una representación del Calvario. Se
colocaba la imagen del crucificado, junto a los dos ladrones y al pie
de la cruz San Juan Evangelista, las tres Marías y la Virgen. A las
tres de la tarde del Viernes Santo un predicador narraba el pasaje de
la cruz, mientras se llevaba a cabo el descendimiento del Señor y
situado en el regazo de la Virgen. En parihuelas iban al oratorio de
la hermandad y se disponía su entierro, marchando a la catedral. A
la vuelta el cristo yacente se quedaba en el convento de San Pablo,
en un sepulcro que había en el jardín, yendo el resto de la
procesión al oratorio. El Domingo de Pascua aparecía sobre el
sepulcro la imagen de Jesús Resucitado. Los hermanos, vestidos de
gala, acompañaban con música hasta su templo a la sagrada imagen.
Celebrando de ese modo la fiesta de la Resurrección.
Patio
principal del convento. Foto: Blog El Pasado de Sevilla
Fuentes
bibliográficas:
- Larios Ramos (O.P.), Antonio (2016). “Los Dominicos y la Inquisición en Sevilla durante la Modernidad”. Revista de Humanidades, n. 27.
- Romero Mensaque, Carlos José (2002). Crucificados de Sevilla. Ediciones Tartessos.
- Romero Mensaque, Carlos José (2000). “Pleitos y conflictos en las hermandades Sevillanas”. Ediciones Marsay.
- García de la Concha Delgado, Federico (1995). “Historia de las Hermandades de Sevilla”. Sevilla Penitente (Tomo I). Editorial Gelver.
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