domingo, 5 de junio de 2016

La Carrera Oficial: De lo social a lo histórico (III)

Después de haber visto el aspecto social de la Carrera y el económico y de seguridad, hoy vamos a ver el histórico, y como el recorrido ha ido muy vinculado a las necesidades y circunstancias de cada momento. Algo por otra parte muy lógico, porque aunque algunos tengan la Carrera como si un dogma de fe fuera, esta es una simple herramienta que debe estar al servicio de las hermandades y no al revés. La Carrera nunca debería ser un problema y la historia nos dice, como siempre, que en la adaptación a los tiempos está la solución a cualquier cuestión.

Desde que en 1604 el Cardenal Niño de Guevara castigara a las hermandades con un recorrido oficial, este se hacía de manera muy diferente a lo que entendemos en estos tiempo, tanto en la tipología, como en el recorrido. Debido a que durante tres siglos la gran mayoría de hermandades eran de la zona San Vicente-Macarena-Alfalfa, la "Carrera" en esa época iba desde la Cruz de Cerrajería hasta la calle Francos, pasando por Ayuntamiento y Catedral, lógicamente. Será en 1863 cuando el alcalde García Vinuesa implanta unas sillas de pago en la Plaza de San Francisco, cuyo ingresos irían para las procesiones ¿Nos suena?. El recorrido de finales del XIX estaba pensado, no sólo en función de la procedencia de las cofradías, sino de las "diferentes Sevilla". La comercial de calle Francos, la eclesial de Catedral, la civil del Ayuntamiento y la elitista de la calle Sierpes.

En 1888 un hecho golpea Sevilla, un terremoto hace que el cimborrio de la Cateral se desprenda. Las cofradías no pudieron entrar durante una década en la Catedral, y esto trajo algún quebradero de cabeza, ya que, por aquel entonces, la Plaza del Triunfo era un lugar muy poco recomendable para las cofradías. A principios del XX, con las cofradías de Triana ya haciendo estación a la Catedral y una estrechez de Placentines cada más dificultosa para las hermandades, hubo diversas disputas, pues eran varias las que querían volver por Hernando Colón, pero esto haría perder dinero a los comerciantes de Francos que ponían sus sillas en esa calle. Se llegaron a debatir auténticas tropelías como posible solución. Nada nuevo, ¿verdad?. Debido a que casi el 100% de las cofradías pasaba por Campana, a pesar de no ser recorrido oficial y a un enorme colapso que se produjo en 1914 (nos sigue sonando todo), en 1918 se configura una Carrera casi tal y como la conocemos hoy en día, con alguna modificación puntual en algún año. Con una Plaza del Triunfo mucho más digna y el ensanchamiento de Argote de Molina se consiguió que muchos de los problemas que existían a la salida de la Catedral se solucionaran. 

Ahora las cofradías que tenemos son en gran parte de los barrios y hermandades del sector "Este", cuyo recorrido actual les perjudica claramente. Quizás haya llegado el momento de dejarse de pamplinas e inmovilismos absurdos. Los cofrades del pasado verían muy ilógico y extraño algunos de los recorridos que se hacen actualmente y seguramente harían cambios para mejorar. En el pasado se toparon con dificultades bastantes más difíciles de superar de lo que tenemos hoy en día, y aún así supieron dar soluciones más o menos coherentes ¿Por qué ahora se tiene tanto miedo a los cambios y se es tan ineficaz en la gestión de soluciones? En el próximo articulo (último de estos dedicados a la Carerra Oficial), daré mi opinión global de este tema, basándome en lo que hemos visto en estos tres artículos anteriores.


Foto: cofradias.tv

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