martes, 21 de agosto de 2018

Conventos y cofradías: convento del Carmen, Casa Grande de Sevilla


- Orígenes

Este convento fue fundado en 1358, gracias a que un noble donó su casa a la Orden del Carmen. Durante los siglos XVI y XVII sufrió importantes remodelaciones mediante criterios manieristas y barrocos. Como tantas otras, la Orden fue desamortizada en 1835, pasando a ser utilizado como cuartel. Durante su uso por el ejército sufrió importantes modificaciones, se creó la fachada principal siguiendo modelos academicistas y se demolió parte de la iglesia. En esa época su retablo mayor pasó a la iglesia de Santa Marina, donde se perdió para siempre en el desafortunado incendio que este templo sufrió en 1936. Se conservan sus dos claustros y su torre, ahora desmochada. En 1990 es adquirido por la Junta de Andalucía y desde 2002 es utilizado como Conservatorio Superior de Música y Escuela Superior de Arte Dramático.


Claustro del convento. Blog de Roberto Paneque

- Siete Palabras y las fusiones en su origen

Una de las hermandades más vinculadas a este convento es la de las Siete Palabras. La actual hermandad del Miércoles Santo es el resultado de la fusión de varias hermandades, la primera fusión data del 30 de agosto de 1629 cuando en el convento del Carmen, se unen la Hermandad de la Cabeza y de los Sagrados Clavos y Virgen de los Remedios. Es el primera fusión de la que se tiene constancia entre una hermandad de Gloria y otra de penitencia. En 1561 llega a Sevilla la devoción de la Virgen de la Cabeza, surgida en Andújar, se fundó en la iglesia del convento del Carmen. Aunque esta hermandad no llegó a ser nunca filial de la de Andújar, ni participó en su romería. Tampoco está relacionada con la actual Hermandad de la Virgen de la Cabeza que reside en San Juan de la Palma y que fue fundada en 1931. La Hermandad de los Sagrados Clavos se ubicó provisionalmente en la capilla de la Cabeza, al estar en obras la iglesia del convento, pero se mantuvo en ella una vez concluyeron los trabajos. La convivencia durante varias décadas dio como resultado la fusión. Esta hermandad tenía ya un crucificado al que más tarde, en 1777, empieza a llamársele el Cristo de las Siete Palabras, advocación que aparece en la regla de 1798. Posiblemente la cofradía de los Sagrados Clavos y Virgen de los Remedios procediera del convento de los Remedios (finales del XVI), ubicado en la actual plaza de Cuba.
Durante la invasión francesa tuvieron que salir a la cercana parroquia de San Vicente, pero perdieron parte de su patrimonio. Cuando los franceses abandonaron la ciudad, la hermandad regresó al convento del Carmen. En 1835 se produjo la exclaustración del convento, llevando al cristo a una dependencia de la iglesia del Carmen y a la Virgen de la Cabeza a un cuarto de la parroquia de San Vicente. El 2 de noviembre de 1868 fue desposeído el convento del Carmen como su sede canónica, siendo la misma desde entonces la parroquia de San Vicente. Desde 2014 la hermandad modifica sensiblemente su recorrido cada Miércoles Santo para poder pasar por las puertas de la que fuera su casa durante tantos años.


Siete Palabras a finales del XIX. Foto Pasión en Sevilla

- Soledad de San Lorenzo, gran parte de su vida aquí

La Soledad de San Lorenzo fue fundada en el siglo XVI, se conoce que el año 1549 estaba establecida en el convento de Santo Domingo de Silos (actual parroquia de San Benito), pasando con posterioridad al Hospital del Amor de Dios, a la Iglesia de Santiago de los Caballeros, y en 1575, a la de la Casa Grande del Carmen Calzado. Se establece aquí edificando, en sus terrenos, una gran capilla, la cual es ampliamente descrita y ensalzada por diversas obras. Permaneció hasta 1810, es decir, el período más prolongado de su historia. Este edificio, con templo de una sola nave enfrentado a la iglesia principal del monasterio, fue construido gracias a que la orden carmelita cedió unos terrenos de las huertas del cenobio. Hoy en día la situaríamos en la calle Goles. Sus dimensiones eran 42 metros de largo y 9 de ancho. Durante los primeros años le fueron otorgadas diversas gracias por los pontífices, conservando aún la hermandad algunas bulas de esta época (1579, 1584, 1605). Documentos de Francisco de Sigüenza, Ortiz de Zúñiga, José Bermejo, Abad Gordillo o González de León coinciden en señala la imagen de la Soledad como una de las grandes devociones de Sevilla. Destaca la agregación de la capilla a la basílica romana de San Juan de Letrán (1594). La hermandad soleana tuvo relación también con otro convento de la zona, el agustino del Dulce Nombre de Jesús. En el claustro de dicho convento celebraba, cada Domingo de Pascua, la ceremonia del encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. Hoy en día hay hermandades de la Soledad que mantienen esta tradición, pero en Sevilla se perdió al final del siglo XVI, por un lado por el pleito que mantuvieron la Soledad de San Lorenzo y el Santo Entierro y por otro por la disposiciones que impuso el Cardenal Niño de Guevara en el 1604. En febrero de 1810 la hermandad tienen que huir del convento debido a la invasión francesa, convirtiéndose a los pocos días su capilla en cuadra del ejército invasor. Una vez fuera de la ciudad los franceses, intentó volver pero las diversas pérdidas patrimoniales y los problemas económicos hicieron que fuera imposible.


- Quinta Angustia, raíces en la Casa Grande del Carmen

Otra hermandad con raíz en el Convento Casa Grande del Carmen es la Quinta Angustia. Tiene su origen en dos antiguas cofradías de penitencia, la del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo y Quinta Angustia de María Santísima y en la del Dulce Nombre de Jesús. La primera de ellas es fundada alrededor del año 1500 y sus reglas son aprobadas el 5 de febrero de 1541, en su sede canónica en la Casa Grande del Carmen. Esa corporación salía cada Jueves Santo con hermanos de luz y de sangre. Era habitual que antes de la salida se pronunciara un sermón de la Pasión, y al llegar se hacía el lavatorio a los disciplantes. Allí residió durante siglos en una capilla propia, recibiendo abundantes privilegios de la comunidad carmelita. Tuvo una primera capilla en el claustro principal, hasta que en 1608 se traslada a otra al lado de la puerta de la iglesia. Después de unas décadas de crisis llega el golpe de la invasión francesa, las hermandades radicadas en el convento huyen a la parroquia de San Vicente. El Sagrado Descendimiento, al ser la última en hacerlo, no tuvo sitio donde colocar sus imágenes y patrimonio. En 1811 salió desde el convento de San Pablo, pero a la vuelta entró en el del Carmen, situándose las imágenes en un altar lateral. En 1830 tuvo un pleito con el convento, ya que querían irse, pero perdieron ese pleito, entrando en una nueva etapa de decadencia, hasta que en 1840 en un intento de revitalizar a la hermandad varios hermanos la trasladan a la iglesia del Sagrario de la Catedral, más tarde a la Iglesia de los Menores – actual parroquia de Santa Cruz – y finalmente a la iglesia de San Buenaventura, volviendo al convento del Carmen en 1843, hasta que en 1851 se unen a la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús y abandonan definitivamente este cenobio.


- Elementos del convento que podemos seguir disfrutando

Como hemos podido ver, la parroquia de San Vicente ha tenido a lo largo de la historia mucha vinculación con el convento del Carmen, especialmente como lugar de refugio de hermandades y patrimonio en peligro. Hoy en día, en este céntrico templo podemos ver algunos vestigios del desaparecido convento. El actual titular de la Hermandad de Las Penas fue una talla destinada a ocupar una hornacina en el claustro principal del Convento Casa-Grande del Carmen. Esa es la explicación por la que es una imagen tan marcada hacía un lado. El motivo por el que estuvo vinculado a este lugar fue que, al igual que en numerosos conventos de la Orden en España, se seguía la veneración de este pasaje como lo hacía San Juan de la Cruz. En 1870 se trasladó a la parroquia de San Vicente, colocándose en un altar a los pies de la nave de la Epístola. Hoy en día en el palio de la hermandad podemos ver una magnífica miniatura de Nuestra Señora del Carmen, que representa la imagen que presidía la Casa Grande. Junto a la Virgen del Rosario de la parroquia de San Vicente hay imagen de Santa Teresa (siglo XVIII) que procede del convento y cuya autoría se desconoce. El retablo neoclásico de la Virgen de los Desamparados, del mismo templo, anteriormente perteneció a la Virgen del Carmen, la cual es una obra anónima (s. XVIII) que procede también de la Casa Grande. Forma un interesante conjunto al lado de Simon Sock.

En otra parroquia cercana, la de San Lorenzo, hay otra representación de la Virgen del Carmen, que durante la invasión francesa una camarera de la virgen salvaguardó en su casa, donándola después a la parroquia de San Lorenzo. Es talla anónima y por sus características formales se piensa que es del siglo XIV. Es la representación de la Virgen del Carmen más antigua que hay en la ciudad.


Miniatura de la Virgen del Carmen en el palio de Las Penas

Fuentes bibliográficas
  • García de la Concha Delgado, Federico (1999). Misterios de Sevilla. Ediciones Tartessos.
  • Jiménez Sampedro, Rafael. Crucificados de Sevilla (2002). Ediciones Tartessos.
  • García Gutiérrez, Fernando (19 de abril de 2013). “Imagen de la Virgen del Carmen en la parroquia de San Lorenzo”. https://www.archisevilla.org



Conventos y cofradías: convento de San Pablo


- Orígenes

Fundado por el rey San Fernando después de la Reconquista de 1248. Ocupaba una gran extensión. Actualmente conservamos la parroquia de la Magdalena (antigua iglesia conventual) y la capilla de Montserrat. Alrededor de 1625 era el convento más poblado de la orden, junto a su homónimo de Córdoba eran los dos cenobios más importantes en la provincia de Andalucía. El padre Labat, un dominico francés que estuvo en Sevilla, dejó escrito “Yo diría que más que un convento, San Pablo es una ciudad, por capitalidad, por rectoría y por número de frailes”. Lo que hoy conocemos es una obra de finales del XVII y principios del XVIII. La desamortización de 1835 eliminó a la Orden de los Dominicos de este lugar, que pasó a ser dependencia institucional del estado. Un incendio en 1906 provocó que se perdiera gran parte del convento. Tuvo un papel destacado en la evangelización de América y Filipinas, ya que aquí se establecían los futuros misioneros dominicos antes de hacer el viaje, como por ejemplo Fray Bartolomé de las Casas. También fue sede de las primeras cárceles de la Inquisición y se celebraron numerosos autos del Santo Tribunal. De este pasado tenemos vestigios visibles en la actual parroquia, como por ejemplo los candelabros que flanquean la imagen de Santa María Magdalena, la cúpula de la entrada o pinturas que representan los autos.


Antiguo convento de San Pablo
- Hermandad de la Virgen del Rosario

En la segunda mitad del XVI cobró auge la devoción del Rosario, especialmente a raíz de la victoria en la batalla de Lepanto (1571). Está advocación estaba muy arraigada en las hermandades vinculadas a la Orden de los Predicadores. En Sevilla estaba la primitiva hermandad del Rosario en el convento de San Pablo, erigida desde finales del siglo XV. Esta hermandad sostuvo un largo pleito con la de Montesión y la “de los negros” de Triana, ya que solo las hermandades dominicas podían tener esta advocación, y además no podía haber más de una en cada ciudad. El 27 de agosto de 1587 el provisor del arzobispado, Íñigo de Leziñana, dictó sentencia favorable hacia esta corporación y desde ese momento solo podía usar el título del Rosario la imagen residente en el convento de San Pablo, mientras que la de Montesión se denominará “Misterios Dolorosos”. Fue en el siglo siguiente cuando desapareció el monopolio dominicano y Montesión pudo usar la advocación del Rosario. La Hermandad del Rosario ocupó originariamente una de las capillas de la iglesia conventual, pero pronto obtuvieron permiso para labrar una capilla contigua al templo (hoy en día capilla sacramental). Estuvo fusionada con Montserrat, pero debido a diversas divergencias terminó languideciendo a partir de 1941. El único hermano que permanecía en la corporación la revitalizó en 2006, volviendo a fusionarse con Montserrat, siendo hoy titular de esta corporación.



Virgen del Rosario. Foto: Arte Sacro

- Hermandad de la Antigua y Siete Dolores

Otra hermandad importante, que estuvo vinculada al convento, fue la de la Virgen de la Antigua y Siete Dolores. Llegó a este cenobio en 1568, procedente del cercano Hospital de San Gregorio, y permaneció en el mismo hasta su extinción a finales del XIX. Importante corporación cuya fortaleza radicaba en el alto número de nobles en su nómina de hermanos. El titular cristífero era Nuestro Padre Jesús de la Salud, actual titular de La Candelaria. La Virgen titular se conserva hoy en día en la parroquia de la Magdalena, tenía una enorme devoción en la Sevilla del XVII y XVIII, siendo habitual que presidiera procesiones de rogativas de lluvias o incluso por la Guerra de Sucesión. Del palio en el que procesionaba esta imagen nos ha llegado hasta nuestros días sus bambalinas, que las podemos ver cada Jueves Santo en la Hermandad del Valle. En los años 20 del pasado siglo XX salió excepcionalmente a los pies del Santísimo Cristo de las Misericordias de la Hermandad de Santa Cruz. Su capilla era la actual sede la Hermandad de Montserrat.


Nuestra Señora de la Antigua y Siete Dolores. Foro: La Hornacina

- Hermandad de Montserrat

En 1650 la comunidad del Real Convento de San Pablo otorga, a la hermandad de Montserrat, escritura de cesión de un solar situado en el compás. Es ahí donde edifica la nueva capilla, la cual se concluyó en el año 1656, después de un pleito con el clero de la parroquia de San Ildefonso. La cofradía adquirió auge a mediados del siglo XVII, al trasladarse a San Pablo. Comenzaron a ingresar en ella los mercaderes de lienzos, sosteniendo el culto y gastos de la hermandad. El 10 de septiembre de 1867 se fusiona con la hermandad del mismo convento, de Nuestra Señora del Rosario, primitiva hermandad del Rosario de Sevilla que estaba pasando una etapa de decadencia. En 1939 se trasladó a su actual capilla, situada a escasos metros de la anterior, en el mismo ex-compás del convento de San Pablo.


Actual Capilla de Montserrat. Foto: Blog Indaliano y Olé

- Otras hermandades que tuvieron relación con el convento

Según relata el abad Gordillo, la Hermandad del Santo Entierro realizaba una ceremonia en la noche del Jueves Santo. En un collado cercano se hacía una representación del Calvario. Se colocaba la imagen del crucificado, junto a los dos ladrones y al pie de la cruz San Juan Evangelista, las tres Marías y la Virgen. A las tres de la tarde del Viernes Santo un predicador narraba el pasaje de la cruz, mientras se llevaba a cabo el descendimiento del Señor y situado en el regazo de la Virgen. En parihuelas iban al oratorio de la hermandad y se disponía su entierro, marchando a la catedral. A la vuelta el cristo yacente se quedaba en el convento de San Pablo, en un sepulcro que había en el jardín, yendo el resto de la procesión al oratorio. El Domingo de Pascua aparecía sobre el sepulcro la imagen de Jesús Resucitado. Los hermanos, vestidos de gala, acompañaban con música hasta su templo a la sagrada imagen. Celebrando de ese modo la fiesta de la Resurrección.


Patio principal del convento. Foto: Blog El Pasado de Sevilla

Fuentes bibliográficas:

  • Sedes de Antiguas Hermandades y Cofradías. http://www.rpmagdalena.org
  • Larios Ramos (O.P.), Antonio (2016). “Los Dominicos y la Inquisición en Sevilla durante la Modernidad”. Revista de Humanidades, n. 27.
  • Romero Mensaque, Carlos José (2002). Crucificados de Sevilla. Ediciones Tartessos.
  • Romero Mensaque, Carlos José (2000). “Pleitos y conflictos en las hermandades Sevillanas”. Ediciones Marsay.
  • García de la Concha Delgado, Federico (1995). “Historia de las Hermandades de Sevilla”. Sevilla Penitente (Tomo I). Editorial Gelver.

Conventos y cofradías: conventos de Triana


- Convento del Espíritu Santo

Situado en las actuales calles Betis y Luis de Cuadra. La primera noticia directa que se tiene de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza es en 1565, fecha en la que estaba asentada en este convento. Por fuentes indirectas se cree que la hermandad podía existir desde dos o tres décadas antes. En el convento de las monjas Mínimas, en el 1608, se funda la Hermandad de las Tres Caídas de Cristo. En un primer momento se llamó de la Exaltación de Cruz y Nuestra Señora de la Salud, pero por un pleito con la Hermandad de la Exaltación tuvo que cambiar la advocación. En 1616 se traslada al convento del Espíritu Santo y por mandato del provisor se fusiona con la de Nuestra Señora de la Esperanza. Esta fusión conlleva una diversificación de hermanos, siguen los relacionados con el mar, pero se unen artesanos, escribanos y otras profesiones, aunque siempre vinculados con el barrio de Triana. Tanta estabilidad tenía la corporación que en 1676 obtiene la cesión de una capilla en la iglesia del hospital, cesión de la Hermandad de San Cayetano. El 16 de marzo de 1736, y después de tener un pleito con los monjes hospitalarios, que no querían que se marchara e incluso adujeron que la capilla y el Cristo de las Tres Caídas eran de su propiedad, la hermandad se traslada a la iglesia parroquial de Santa Ana.


En 1753 los gitanos de España vivían una situación difícil, debido a las persecuciones y encarcelaciones que sufrían. En Triana, un grupo de ellos, deciden fundar una hermandad en el convento del Espíritu Santo, pero el prior no lo permite, porque se esperaba que la Hermandad de la Esperanza de Triana volviera a este lugar, algo que finalmente no sucedió. Incluso se llegaron a redactar unos estatutos que obtienen la aprobación del provisor. En esos estatutos se indica que la estación de penitencia debe realizarse a la iglesia parroquial de Santa Ana, como era normal en las corporaciones trianeras. En 1754 será cuando se instalen en el convento agustino del Pópulo.


Foto: Blog “Esa Sevilla”

- Convento de San Jacinto

Durante la Revolución de 1868 la Hermandad de la Esperanza de Triana se vio desposeída de su capilla, quedando las imágenes - sin apenas culto - en la iglesia de San Jacinto. Es ahí cuando el 2 de mayo de 1898 vive una de los hechos más tristes de su historia, el incendio que afectó a la imagen de la Esperanza, "quedó con todo el rostro carbonizado y una de sus manos". Se pretendió “restaurar” la imagen siguiendo lo más fidedignamente posible la fisonomía de la imagen perdida, obra que le fue encomendada a Gumersindo Jiménez Astorga. El Viernes Santo de 1962 sale por última vez de San Jacinto, finalizando su estación de penitencia en su actual sede de la calle Pureza.


Besamanos de la Esperanza en San Jacinto. Foto: Hermandad

La Hermandad de las Aguas fue fundada en 1750 en este convento. Durante su estancia en el templo vivió épocas de crisis y de auge. La hermandad sufrió el cierre de su sede durante el convulso XIX, pero en 1876 se reabre, siendo los rectores del mismo los que impulsan de nuevo a esta hermandad y a La Estrella. En 1909, con la vuelta de los dominicos, las relaciones empiezan a empeorar, hasta el punto de sufragar una reja para aislar su altar del resto del templo. El 29 de octubre de 1942 un incendio fortuito en el altar dio lugar a la pérdida de imágenes y enseres. Con esto termina la relación de la hermandad en este lugar, ya que se decide el traslado a San Bartolomé.


Misterio de las Aguas a finales del siglo XIX

Importante es también el paso de la Hermandad de la Estrella por el templo dominico. La hermandad había sido fundada en el convento de la Victoria. La llegada a San Jacinto se produce en 1835, cuando la desamortización de Mendizábal acaba con el convento fundacional. Esta llegada vino precedida de una época de total decadencia e incluso muy cercana a la extinción. Pasada la crisis ocasionada por la Revolución de 1868, la hermandad aprueba nuevas reglas en 1882. Recuperando poco a poco su esplendor y engrandeciendo su patrimonio. El 10 de octubre de 1966, el convento de San Jacinto es erigido en parroquia. La Estrella se constituye en sacramental de la nueva parroquia. El Domingo de Ramos de 1976 la cofradía sale del convento de San Jacinto, pero su entrada la hace en su actual capilla.


Virgen de la Estrella saliendo de San Jacinto en 1932. Foto: Blog Amargura y Silencio

Aunque sin radicar en dicha sede nunca, otra hermandad que tuvo un litigio con la orden de este templo fue la Hermandad del Rosario de la parroquia de Santa Ana. En el artículo del convento de San Pablo vimos como los dominicos tuvieron durante una época la exclusividad de la devoción al Rosario. Con el paso del tiempo la propia orden parecía haber asumido la pérdida de tal exclusividad, pero sorprendentemente a mediados del XVIII la comunidad dominica de Triana promovió un pleito contra el Rosario de Santa Ana (erigida en 1693). En 1746 el nuncio de su Santidad falla en favor de la Orden de los Predicadores, seguramente por las influencias y presiones que estos ejercieron, teniendo que cambiar la hermandad de Santa Ana su advocación, pasando a ser “Madre de Dios”. Aunque ya en 1673 había una devoción y culto a una imagen del Rosario de San Jacinto no será hasta 1755 cuando se forme oficialmente la Cofradía en torno a esta advocación.

- Otros conventos trianeros
  • Convento de la Victoria. Se fundó en el siglo XVI. Fue desamortizado en 1835, pertenecía a la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula. Fue el convento fundacional de la Hermandad de la Estrella. Allí el 22 de octubre de 1704 sufrió un importante incendio que devastó todo el recinto salvo su capilla. Esta fue usada por los monjes como convento hasta que pudieron refundarlo. La hermandad abandona este cenobio a causa de la desamortización de 1835, trasladándose a San Jacinto, como hemos visto anteriormente.
Un fraile del convento de la Victoria jugó un papel importante en la renovación del templo de la O. Una vez se bendice el nuevo templo, 23 de febrero de 1702, se suceden una de solemnes fiestas, presididas en un número importantes por los frailes de conventos cercanos. Destacan en este aspecto los frailes dominicos del convento de San Jacinto, la comunidad de mínimos del convento de la Victoria o los agustinos del convento del Pópulo. A este convento pertenecía la imagen de Nuestra Señora de la Victoria que hoy podemos ver en la parroquia de Santa Ana.
  • Convento de los Remedios. Fundado en el siglo XVI por la Orden del Carmen Descalzo. En 1666 se fundó en este cenobio la Hermandad de la Entrada en Jerusalén y María Santísima del Desamparo, fusionada a los dos años con la de San Sebastián, conocida como “La Borriquita de Triana”. Entre 1756 y 1776 fue la sede la Esperanza de Triana. Como vimos en el artículo del convento del Carmen, posiblemente la cofradía de los Sagrados Clavos y Virgen de los Remedios procediera de aquí (finales del XVI). Hoy en día el edificio es el Museo de carruajes de Sevilla.


Convento de los Remedios. Foto: Sevilla ciudad
  • Convento de las Mínimas. Situado en la calle Pagés del Corro. Es fundado en 1565 por monjas procedentes de Fuentes de León (Badajoz). Debido a los daños sufridos por una inundación en 1595, se trasladan a la calle Sierpes, pero años más tarde parte de las religiosas vuelven a este convento, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Salud. En 1837 el convento es suprimido, los bienes pasan a manos del estado y las religiosas vuelven al cenobio de la calle Sierpes. Hasta el 9 de enero de 1875 la iglesia no será recuperada para la diocésis, regresando las monjas el 30 de mayo de 1878, esta vez con la advocación de Nuestra Señora de la Consolación. Fue el convento fundacional de la Hermandad de las Tres Caídas de Cristo y Nuestra Señora de la Salud. Históricamente ha tenido una estrecha vinculación con la Hermandad de la Estrella, debido al origen fundacional de ésta en el cercano convento de la Orden los Mínimos.

Convento de las Mínimas

Fuentes bibliográficas
  • García de la Concha Delgado, Federico (1997). Nazarenos de Sevilla. Ediciones Tartessos.
  • Bermejo y Carballo, José (1882). Glorias Religiosas de Sevilla. Editorial Castillejo (1994).
  • Romero Mensaque, Carlos José (2000). “Pleitos y conflictos en las hermandades Sevillanas”. Ediciones Marsay.
  • Santas Reglas de la Hermandad de Los Gitanos. 14 de octubre de 1983.
  • Rodríguez Babío, Amparo (1999). Misterios de Sevilla. Ediciones Tartessos.
  • Roda Peña, José (1999). Las Cofradías de Sevilla en el siglo XX. Universidad de Sevilla.
  • Nuevo plan general de ordenación urbanísitica (Julio 2005). "40-Yacimiento: convento de las Mínimas".