domingo, 27 de noviembre de 2016

Excesos de bandas

Hemos vivido una semana donde la música ha sido la clara protagonista. Casi todos los días, la noticia principal cofrade tenía relación con ella: Certamen "Madre Cigarrera" (finalmente suspendido por la lluvia), día de Santa Cecilia, exposición en el Mercantil, denuncia de un vecino a la Banda Tres Caídas de Dos Hermanas, Manuel Esteban permitirá tocar sus marchas a la Banda del Sol o que la Sed crea su propia Escuela de Música. Sin duda, estas son las noticias que se han colado en la actualidad en estos últimos siete días. Analizar el fenómeno de bandas en Sevilla es complejo, hay muchos matices y muchos puntos de vista, por eso me asombra cuando en debates de bandas o agrupaciones solo parece existir la versión de los que ponen a este sector como lo único importante o los que ningunean cualquier cosa que venga de ese mundo. Ni lo uno, ni lo otro.

La importancia que tiene la música en la Semana Santa es evidente, negarlo sería de necios. No sólo lo digo por su participación en los cortejos, sino por la labor que hacen durante todo el año, algo que muchas veces no piensan quienes viven alejados del mundo interior de una banda. No por manido el argumento deja de ser verdad, la labor formativa que hacen es brutal ¿Cuántos sevillanos saben música gracias a una Banda de Música, de CCTT o Agrupación?. En un mundo donde a ciertas edades es un peligro moverse en según que entornos, que una persona se lleve dos horas diarias aprendiendo algo tan enriquecedor como es la música no está pagado ni con todo el oro del mundo. La parte negativa está alrededor de los ensayos, las molestias que estas puedan ocasionar y que un Ayuntamiento o un Consejo de bandas deberían ya haber solucionado (aunque se ha avanzado mucho, aún hay cosas por mejorar), porque hay que ser sinceros, un ensayo puede llegar a ser una molestia diaria para muchos vecinos. Que todas tengan un local habilitado es lo idóneo, pero ahí salta uno de los grandes obstáculos, no se puede dar local a todas.

Creo que es una evidencia, hay muchas bandas y agrupaciones y la ciudad da para lo que da. Aunque algunos sigan diciendo que hay muchas cofradías a lo largo del año es falso, aunque algunos vean muchos certámenes o conciertos también es falso. Tanto cofradías como conciertos hay en la justa medida de una ciudad grande como Sevilla y que uno de sus atractivos es la Semana Santa. Lo que sí, en mi opinión, hay muchas son bandas, especialmente de cornetas y tambores y agrupaciones. Esto conlleva varios problemas, los dos principales es que se hace mucho más difícil el poder acogerlos a todos en un local (con las lógicas molestias a los vecinos), y otro problema es la calidad, Tenemos un buen número de bandas "top", cuyo nivel en algunos casos es mundial (de ahí sus giras), pero también tenemos otras que el nivel deja mucho que desear. No es una crítica en sí, y mucho menos una mofa, es una realidad de algo lógico. ¿Cuántos músicos tiene Sevilla? ¿Qué porcentaje representan? Es imposible por una mera cuestión numérica, formativa y de eventos que todos salgan para adelante con un nivel alto.

Pienso que se podrían fusionar bandas que quizás no llegan a ese nivel "top", conseguir elevar así el nivel e incluso el poder crear bandas canteras o escuelas de música, una de la maneras más eficaces que se me ocurren para la mejora. De hecho no debe ser casualidad que las que pasan por ser las mejores bandas de cornetas y tambores sean las que tiene banda infantil. Lo han conseguido con el tiempo, obviamente no de un día para otro. La decisión de la Sed me parece muy inteligente, no crean una banda de la nada, que quizás no tuviera un nivel muy alto ahora mismo y seguramente tampoco en el futuro, cogen una banda de esas "menores", la forman durante varios años, y en un futuro es muy probable que vayan a tener una banda de mucha calidad, a la que seguramente le mantengan la escuela de música. es decir, de una banda chica consigues (ojalá lo logren) una banda de más calidad y una escuela de música. Crecimiento con visión de futuro se llama a eso. Bravo por no caer en el cortoplacismo de querer tener una banda desde ya aunque el nivel fuera, en el mejor de los casos, normal.



domingo, 20 de noviembre de 2016

El día del Via Crucis

Hace algunas semanas nos sorprendía el nuevo Consejo anunciando que iba a tratar el tema de la modificación del día del Via Crucis de las hermandades. Según en opinión de algunos cofrades, este acto necesita una revitalización, ya que consideran que el evento no está teniendo la suficiente repercusión en estos últimos años. Lo primero que me gustaría decir es que me parece que el Consejo hace bien en debatir cualquier tema que considere con margen de mejora. Es como se debería actuar en muchas de las cosas en las que hay que evolucionar en la Semana Santa. Dicho lo cual, en este tema concreto no veo ni la necesidad, ni la manera de conseguir esa mejora que algunos piden.

Debemos hablar claro y no taparnos los ojos, en el Via Crucis lo más importante, para atraer a la gente, es la imagen. Que todas las imágenes tenga el derecho y deban presidir alguna vez el acto, no quiere decir que todas tengan la misma devoción. Esto es una obviedad tan grande que da hasta reparo recordarla, pero a veces se leen opiniones que están basadas en esa supuesta homogeneidad devocional, y claro, ahí ya tenemos un fallo grave en el análisis. Desde que tengo uso de razón he ido a casi todos los Via Crucis del Consejo, siempre en lunes y con este modelo (al menos como yo lo recuerdo), pero no siempre ha habido la misma gente. La imagen es lo que hace salir a la gente a la calle, sea lunes, viernes o domingo, por la mañana o por la noche.

Muchos de los que piden un cambio tienen en su retina los primeros años del Via Crucis, con masificaciones en las calles y en el interior de la Catedral. Eso se debía a dos cosas principalmente, una es que no existían otros Via Crucis, y otra que en los primeros años salieron gran parte de esas grandes devociones de la ciudad: Pasión, Cachorro, Gran Poder, Soledad, Amor, Silencio... Se unió un cóctel perfecto, como era novedad y devoción, para que ese acto se convirtiera en un éxito de masas, daba igual que fuera lunes. Hoy en día, si lo que pretenden es conseguir esa masa de gente sólo te queda el volver a sacar esas imágenes, lo cual sería un error y una injusticia con quienes aún no han presidido la ceremonia.

Y todo esto partiendo de esa base tan extendida en ciertos ámbitos que el Via Crucis lleva poca gente, algo en lo que yo no estoy de acuerdo. Especialmente a la ida suele haber una afluencia más que decente. Sí es verdad que a la vuelta, en la mayoría de casos, la imagen suele ir más sola, pero eso es producto que este acto es lo que es y da para lo que da. Si lo llevamos al fin de semana es posible que alrededor de la imagen hubiera más gente, claro, especialmente el centro un sábado por la tarde-noche tiene más afluencia de personas en los bares. Pretendemos justificar una mayor asistencia con las personas que estén tomando una cerveza y les pase por delante la imagen. ¿Nos gusta el ambiente que hay un sábado por la noche en el entorno de la Alfalfa, Encarnación, Arfe, Cuesta del Bacalao... para una imagen que se traslada a un Via Crucis?


Foto: Álvaro Aguilar





domingo, 13 de noviembre de 2016

Dos salidas muy extraordinarias

... y Sevilla vivió dos extraordinarias seguidas y no pasó nada malo. Muy al contrario, todos los implicados en este asunto han sabido estar a la altura. A ninguna de las dos hermandades se le puede poner ninguna pega en el planteamiento que han hecho, ni en la forma que han sido ejecutadas sus salidas. Ambas han sabido convertir su día en algo único (en el caso del Gran Poder varios días) y seguramente sean recordadas durante bastantes años. Diría que incluso a los que les aterra la idea de salir de lo ordinario, de lo rutinario, han tenido dos fines de semana de disfrute, quizás con esa mueca de quien intenta ocultar la felicidad porque en su fondo piensa que eso no era lo de toda la vida de Dios y que está mal.

Si Triana es una hermandad es la O. No es ni la más populosa, ni la más que más devotos tiene, ni la más conocida, pero es la que lleva impregnado por los cuatro costados eso tan intangible, como difícil de explicar, que es la esencia del barrio. No tuvo que salir de su feligresía para la coronación, y no han tenido que salir del barrio para esta efemérides tan significativa. La O es Triana y a Triana es la que le debe estos festejos extraordinarios. Supo hacer una salida en la medida perfecta, recuperando el recorrido por calles que hacía casi un siglo que no pasaba, como era el caso de la "trianerísima" Alfarería. El mar de gente que acompañó en todo momento la imagen es la mejor prueba que todo estuvo a la altura de lo que se esperaba.

Y del Gran Poder ¿qué decir que no se haya dicho nada?. No es fácil para una hermandad como el Gran Poder combinar el carácter serio y silencioso con el carácter jubilar que tenía esta salida. Creo que la Hermandad ha conseguido un equilibrio perfecto entre ambas cosas. El ir colocando escolanías, bandas o violines a lo largo del recorrido fue todo un acierto. El hacer un recorrido más largo para buscar puntos como el convento de Santa Ángela o del Espíritu Santo también es uno de esos temas que consiguen la unanimidad de todo el mundo, con lo difícil que es eso en esta ciudad.

Cuando han actuado de mala manera o han realizado mal su trabajo, siempre a mi juicio, he criticado tanto al Ayuntamiento como a Palacio. En esta ocasión no queda más que felicitar a ambas instituciones por haber estado a la altura del acontecimiento. Tener abierta tantas horas la Catedral, incluso el propio jueves después de llegar el Señor, o el plan de seguridad que se preparó para la seguridad de tantísimas personas son temas que han ayudado a que estos días sean magníficos. Sin vallas más allá de los lugares donde la lógica decía que era inevitable y sin excesos policiales a la hora de indicar a las personas donde situarse. La única duda que me queda de ambas salidas es la siguiente ¿Aprenderemos la lección? ¿Sabrá a partir de ahora el Ayuntamiento manejar las masas de gente sin tener que dejar a las cofradías solas? ¿Cambiará la actitud del Arzobispado y dará más flexibilidad a las hermandades para llegar a la Catedral? ¿Entenderán las hermandades que las salidas extraordinarias no deben ser copias exactas de las salidas de Semana Santa?


domingo, 6 de noviembre de 2016

El Señor de Sevilla

Siete de la tarde, la cruz de guía de la Hermandad atraviesa el dintel con su puntualidad habitual. Los estorninos vuelven a ser el único sonido, actuando como bocinas anunciadoras que Dios va pasar en breves momentos por allí. Los hermanos avanzan igual que en la Madrugá: paso firme, sin distracciones y sin romper el cortejo, actitud aprendida en el mismo momento que juran las reglas. Saben que para ir delante del Señor la solemnidad debe ser la misma en las madrugadas de la primavera que en las noches otoñales de noviembre. Aparece Jesús del Gran Poder, ahí los estorninos ponen de manifiesto su versatilidad sonora y se convierten en el coro de la única música que acompaña al Señor, el rachear de los costaleros. Confieso que soy de los que pensaban que en esta ocasión debería haber llevado música, pero también es verdad que una vez que lo tengo enfrente da igual todo, aunque llevara la banda con la cornetería de más decibelios no la escucharía, sólo Él existiría. También le imagino siempre con túnica bordada, de cardos concretamente, pero ¿Qué más da todo eso cuando tus ojos conectan con sus ojos?

Sale Jesús del Gran Poder, el que hace llorar a los que escuchó en sus peticiones. Sale Jesús del Gran Poder, el mejor médico de los enfermos, el padre de los huérfanos, el recuerdo infantil de quien hoy zarandea el bastón producto de la emoción al verlo. Sale Jesús del Gran Poder el que hace que al fotógrafo le tiemble el pulso cuando lo tiene delante y debe apretar el botón o el videógrafo deje de mirar por la LCD durante unos segundos para ver su rostro directamente. Sale Jesús del Gran Poder el de la mirada dulce y amor infinito. Avanza con esa zancada kilométrica que hace estremecer los sentimientos hasta del más frío de los humanos. Cuando lo ves venir de lejos entre el incienso de sus acólitos no concibes estar ni en otro momento ni en otro lugar. Quedan atrás los rezos, las plegarias, las dos horas y media que la ciudad contuvo la respiración. Pasa por San Andrés y se dice una oración, sigue por el Salvador y es el único que consigue parar por unos instantes la actividad del serpentín de la Bodeguita del Salvador. Hasta Agustín, el camarero, se queda parado observándolo. Y sigue con su caminar hasta el momento que llega a la puerta del Perdón, allí se podría hacer una representación imaginaria de la fábula de Esopo, esa en la que una serpiente apresa a un lagarto. Cuando Él está, todo es Él. Repique de campanas en la Giralda, albricias de la cristiandad. Dios ya está allí. 

Fue el pasado jueves, ahora hoy nos queda la vuelta a su templo, a su casa, que es la de todo el que quiera ir durante cualquier día del año. Seguro que se volverán a vivir momentos sobrecogedores. De nuevo Sevilla y parte del extranjero saldrá a su encuentro para buscar esa mirada de consuelo. Veremos el único momento de la historia donde la magnificencia del Gran Poder será igualada con quien tiene enfrente. Será en la calle que lleva el nombre de la santa más querida y en las puertas de su convento. Si Él es Ternura, ellas no son menos Ternura, si Él es Esperanza, ellas no son menos Esperanza, si Él es Humildad, ellas no le van a la zaga, si Él es Refugio, ellas son igualmente el refugio espiritual y físico de quienes acuden buscando auxilio. Durante el recorrido habrá puntos donde el rey David se transformará en banda de música y cambiará su arpa por trompetas, tambores y platillos. Momentos únicos y quizás irrepetibles, quien sabe. Llegará el Señor a San Lorenzo después de unas jornadas donde la definición más exacta de "unción sagrada" será haberlo visto recorrer las calles de la ciudad o en el altar del Jubileo. Cada paso que da es un tratado teológico, cada encuentro visual, un Concilio.


Foto: Tomás Quifes