martes, 31 de julio de 2018

Conventos y cofradías: convento de San Francisco, Casa Grande de Sevilla


La historia de los conventos de Sevilla y la Semana Santa siempre ha estado unida. Sabemos que el origen de las hermandades ha sido diverso, pero tanto las asociaciones gremiales como las órdenes religiosas, que habitaban en los diferentes conventos, son dos de los motivos más frecuentes en las fundaciones. Comenzamos hoy una serie de cuatro artículos que nos acercará la vinculación tan estrecha que ha habido desde siempre entre conventos y cofradías. Los cenobios que vamos a ver tuvieron en su día tal importancia en la vida cofrade de la ciudad, que aunque hoy en día no existen, sí que podemos seguir viendo su impronta. Iniciamos la serie con el Convento de San Francisco, Casa Grande de Sevilla.


Estado del convento en el siglo XIX. Foto: Universidad de Sevilla

- Origen y elementos que permanecen

El más importante en su época y podríamos decir que de la historia conventual de Sevilla, fue el primero que se fundó intramuros. Su origen data del siglo XIII cuando, poco después de la conquista de Sevilla, el rey Fernando III otorgó ciertos favores a los franciscanos debido a la ayuda que le habían prestado en la conquista de la ciudad. Con este recinto firmó Bartolomé Esteban Murillo su primer contrato importante (1644-1646), realizando un ciclo de pinturas para el Claustro chico. La invasión francesa hizo que Sevilla perdiera esas pinturas y hoy estén o desaparecidas o distribuidas por otras ciudades del mundo. El convento estaba emplazado en lo que actualmente es la Plaza Nueva, siendo demolido en 1840. Su derribo originó un nuevo espacio urbano, una plaza rectangular (la actual tiene una fisonomía diferente de la que surgió en aquel entonces).

San Gil en éxtasis ante el papa Gregorio IX (Raleigh, North Carolina Museum of Art, 1645-46).


A nuestros días sólo nos han llegado dos restos del edificio: el Oratorio de San Onofre, desde 1636 era la capilla donde se encontraban las hermandades de Nuestra Señora de la Consolación y de las Ánimas, y el Arquillo del ayuntamiento, que era la entrada principal, la más suntuosa que tenía la Casa Grande. Junto a ésta había otra puerta, de forma acodada, que era conocida como 'la de Tintores' por estar cerca de la calle del mismo nombre, hoy esa calle recibe el nombre de Joaquín Guichot.


Arquillo del ayuntamiento. Foto: Blog “Conociendo Sevilla”

- Hermandades desaparecidas

Este convento fue residencia de varias hermandades y cofradías (“de luz” y “de sangre”), corporaciones gremiales y asociaciones piadosas en general, algunas de las cuales no han llegado hasta nuestros días. Hay documentadas hasta 28 que tuvieron, en algún momento, la Casa Grande como sede. Una de las que podemos destacar es la Congregación de Jesucristo Coronado de Espinas y Nuestra Señora de la Esperanza, conocida popularmente como “del Pecado Mortal” y fundada el 22 de junio de 1687. Poco sabemos de esta congregación, sólo que en su capilla se veneraba un Crucificado “muy negro” y que la Virgen estaba“hecha su cabeza en piedra”. Posiblemente esta última sea la que hoy se encuentra en el convento franciscano de Lucena. La finalidad de esta hermandad era el arrenpentimiento de los pecadores.
Este convento franciscano tiene una relación directa con una devoción muy arraigada en los “agustinos”, el Cristo de Burgos o de San Agustín. Los padres Agustinos extendieron esta devoción por sus conventos, valiéndose de la fama del primitivo crucificado de su convento de Burgos. La Sevilla de finales del siglo XIV y comienzos del XV vive un fuerte impulso del culto a la Pasión de Cristo, destacando la veneración que se le profesaba al Cristo de San Agustín del Convento de San Agustín. Hoy en día titular de San Roque, aunque el primitivo se perdió en los incendios de 1936. En 1522 un grupo de burgaleses funda una hermandad para dar culto a la Inmaculada Concepción, para cuyo fin consagran una capilla en el Convento de San Francisco. Llegaron a tener dos imágenes de la Inmaculada y una con la advocación del Santo Cristo de Burgos, por su origen esta corporación era conocida popularmente como “de los Burgaleses”. La capilla contaba con tres altares, en los dos laterales se venera al Cristo de Burgos y a María Santísima de la Concepción, y en el centro estaba una imagen de la Inmaculada (hoy la podemos ver la Iglesia carmelita del Santo Ángel).
También residió desde finales del siglo XVI la Hermandad de San Eloy, creada en el hospital del mismo nombre, situado en la calle que hoy recuerda al santo. Estuvo en la Casa Grande antes de irse a la parroquia de Santa Cruz duramente la invasión francesa. Es allí donde ahora vemos la imagen del santo que era titular de esta corporación gremial de plateros. Ocupaban la capilla colateral al ábside, en la nave de la Epístola.


San Eloy en la parroquia de Santa Cruz. Foto: Leyendas de Sevilla

En diciembre de 1594 empiezan los trámites para que los portugueses establecidos en Sevilla pudieran tener un centro religioso en el convento. Esto dio como resultado que la comunidad franciscana cede a la nación portuguesa un espacio para que éstos tuvieran capilla propia. Los cultos y actividades de la capilla de San Antonio de los Portugueses comenzaron a celebrarse a partir de 1606.

- Hermandades actuales que estuvieron en la Casa Grande

De las hermandades que actualmente siguen existiendo, y tuvieron relación con este convento, podemos nombrar a la Hermandad de los Sastres, una de las corporaciones de Sevilla que tiene una idiosincrasia más peculiar. Algunos autores atribuyen la fundación de esta hermandad al mismísimo rey San Fernando. Llegó al convento de San Francisco a finales del siglo XVI, al igual que pasó con la Hermandad de San Eloy, motivado por la reducción de hospitales. La capilla que ocupaba la hermandad fue una cesión de Francisco Fernández de Santillán, Caballero Veinticuatro de Sevilla, mediante escritura otorgada el 11 de diciembre de 1601. En 1681, el 16 de octubre, la Hermandad de los Sastres la adquiere en propiedad. El nieto de Fernández de Santillán explica la venta aduciendo “que la dicha hermandad tiene mucho deseo de quedarse en la dicha capilla y yo me hallo con algunos ahogos”. Permaneció allí hasta el derribo del edificio en 1840, fue entonces cuando se trasladó a su actual sede de San Ildefonso.


La hermandad de Vera Cruz se funda el 9 de mayo de 1448 en el Convento Casa Grande de San Francisco. Es la más antigua de todas las que se tiene constancia que estuvieron en el convento. Pertenecían a ella los Caballeros Veinticuatro de Sevilla (gobierno parecido a lo que hoy podrían ser los concejales) y el Rey Felipe II fue hermano de la misma, de cuya vinculación ostenta el título de Real. A lo largo de la historia la hermandad tuvo varias capillas dentro de la Casa Grande, según nos narran los documentos, pero la capilla donde más tiempo estuvo “era como una segunda iglesia”, además disponía de otras dependencias de uso exclusivo. Dado que fue de las corporaciones más potentes de la época, poseía un patrimonio artístico – tanto pictórico como escultórico – muy importante. Casi todo él se perdió durante la invasión francesa. La hermandad mantiene no sólo al titular de esa época, sino también el carácter de la Orden, cada Lunes Santo podemos ver, por ejemplo, como su hábito lleva el cordón franciscano con los tres nudos, los cuales simbolizan la obediencia, la pobreza y la castidad. También en el cortejo procesiona una insignia que recuerda la fecha fundacional de 1448.



Fuentes bibliográficas
  • Burgos, Antonio (23 de agosto de 1979). La Hermandad del Pecado Mortal. ABC de Sevilla, pg 7.
  • Del Castillo Utrilla, María José (1988). El Convento de San Francisco, Casa Grande de Sevilla. Arte Hispalense. Diputación de Sevilla.
  • Sánchez Herrero, José y Roda Peña, José (2002). Crucificados de Sevilla. Ediciones Tartessos.
  • Haldón Reina, José Francisco (Noviembre 2009). Aproximación histórico-artística a la antigua Hermandad de Nuestra Señora de los Reyes del gremio de sastres. X Simposio sobre Hermandades de Sevilla y su provincia. Fundación Cruzcampo.
  • Rodríguez Babío, Antonio (4 a 10 de marzo de 2018). Los Murillo del claustro del Convento de San Francisco. Iglesia en Sevilla. Nº 148, pg. 16



No hay comentarios:

Publicar un comentario