domingo, 3 de julio de 2016

Los deberes del nuevo Consejo

El pasado jueves fueron las elecciones a presidente del Consejo. El elegido fue Joaquín Sainz de la Maza, al cual ahora le queda un duro trabajo, debido a que hay cosas que llevan años sin arreglarse. Venimos de un periodo donde la palabra Consejo ha salido más veces en las noticias para cosas negativas que por haber actuado bien, y eso es una herencia que ahora recibe el que fuera hermano mayor de la Macarena. Ha levantado algunas expectativas, como hombre que puede solucionar ciertos asuntos, esperemos que no se quede ahí, y que desde ya le veamos actuar acorde merece la institución a la que ahora representa. Vamos a ver los puntos que, en mi opinión, debería solucionar en este mandato.

1. Carrera Oficial. Como he dicho algunas veces, el recorrido oficial es la parte más importante que gestiona el Consejo. Es donde tiene más autonomía y la mayor fuente de ingresos de las hermandades. Dentro de este apartado podemos hablar de grandes cambios, cómo es el propio recorrido que se debería cambiar ya. También es importante el no querer seguir ganando "dos duros" con más sillas, a costa de poner en riesgo la seguridad de todos. No se pueden olvidar de gestionar eficientemente la venta de sillas, para evitar que haya un mercado negro con este asunto. Otro detalle pequeño pero que diría mucho del nuevo Consejo es que mantenga la Carrera Oficial el Domingo de Resurrección. El Resucitado hace estación de penitencia a la Catedral igual que el resto de hermandades y es una vergüenza que año tras año el Consejo dé por finalizada la Semana Santa el Sábado Santo. Por último, otro pequeño detalle de consideración con las ultimas hermandades del día. No está bien que los últimos pasos de la jornada hagan su tránsito entre el ruido de sillas cerrándose. ¿Qué trabajo cuesta esperar diez minutos más para que la cofradía ya se haya alejado lo suficiente?

2. Reorganización de días. Aquí es donde el nuevo Consejo va a demostrar su verdadera valía. Ya no hablo sólo de la Madrugá, sino del resto de días que necesitan cambios drásticos e inmediatos. Especialmente el Martes Santo es un día que presenta problemas de todo tipo, incluido de seguridad en algunos lugares y horas concretas. El anterior Consejo hizo planes de todo tipo para la Madrugá, con el resultado patético que todos conocemos, pero del resto de días se olvidó ¿Será capaz Joaquín Sainz de la Maza y su equipo de solucionar todas las jornadas que presentan problemas?

3. Comunicación. Es un aspecto de que alguna vez hemos hablado ya. Como el Consejo se ha quedado en materia de comunicación totalmente obsoleto y no se ha sabido adaptar al siglo XXI. El día de la rueda de prensa circense quedó claro, viendo el timeline de la recién creada cuenta de twitter también queda claro... pero por si alguien tenía dudas hasta el último momento lo han dejado de manifiesto. Es ridículo que la cuenta oficial del Consejo diera los resultado electorales a la mañana siguiente, cuando desde el primero de los medios, hasta el más insignificante de los blog lo publicó pocos minutos después que lo anunciara Pepe Gómez Palas (creo que fue el primer periodista en publicarlo). Este aspecto sí tiene una fácil solución y podría empezar a arreglarse desde la propia toma de posición.

4. Incorporación de nuevas hermandades. Hasta tres corporaciones tienen pedida su incorporación a la Semana Santa, y a nadie extrañaría que, en breve, una cuarta presente su solicitud. Tienen que buscar la forma de dar cabida a estas hermandades e incorporarlas a la nómina de cofradías que hacen estación de penitencia a la SIC. No valen ya más excusas y demoras porque soluciones, como para todo, hay. El problema es que para eso habría que trabajar duro, y en eso no ha destacado no sólo este último Consejo sino tampoco varios de los anteriores. Por tanta dejadez hemos llegado a este punto de estancamiento total en muchos aspectos.

5. Imagen del Consejo. Quizás el deber más importante de todos. Hemos asistido a cuatro años donde la imagen de la institución que representa a nuestras hermandades ha estado continuamente por los suelos. Eso es malo para todos y durante el nuevo mandato se deberían exigir que la imagen del Consejo empiece a estar a la altura de lo que se espera de una organización tan relevante. Este punto, en gran parte, vendrá acompañado del resto. Si empiezan a comunicar mejor sus actuaciones, si solucionan los problemas que en estos momentos hay y si saben cuidar los pequeños detalles, es seguro que la imagen del Consejo mejorará.


Foto: De Nazaret a Sevilla

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